Cuñadismo: la paradoja de opinar de todo con absoluta certeza

El cuñadismo es un fenómeno social y lingüístico

Describe una actitud muy particular en la comunicación

Más allá de su significado literal relacionado con el parentesco, el término se ha popularizado para referirse a la tendencia a expresar opiniones firmes y aparentemente expertas sobre cualquier tema imaginable.

El cuñadismo se caracteriza por una seguridad inquebrantable, a menudo desproporcionada con el conocimiento real que se posee sobre la materia.

Además, es una forma de interactuar donde la suficiencia prevalece sobre la evidencia o el rigor.

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Las características del comportamiento cuñado

Identificar el comportamiento asociado al cuñadismo es relativamente sencillo.

El «cuñao» tiende a monopolizar la conversación o a intervenir constantemente. No hay tema que le sea ajeno.

Hablará con la misma autoridad de política internacional que de física cuántica, de fútbol que de economía global.

Sus argumentos suelen basarse en anécdotas, experiencias personales aisladas o informaciones escuchadas sin mayor verificación.

Por otra parte, existe una clara resistencia a admitir la falta de conocimiento o a ceder ante argumentos mejor fundamentados.

El objetivo parece ser más convencer o imponer que intercambiar o aprender.

El cuñadismo en el contexto cotidiano y mediático


Este fenómeno se manifiesta con fuerza en entornos familiares y sociales, como las clásicas sobremesas o las reuniones de amigos.

Son espacios donde la informalidad puede dar rienda suelta a este tipo de intervenciones.

Sin embargo, con la expansión de las redes sociales y la cultura de la opinión instantánea, el cuñadismo ha encontrado nuevos y fértiles terrenos.

Plataformas digitales se convierten en foros donde cualquiera puede erigirse en experto, amplificando el alcance de las opiniones infundadas.

Incluso en ciertos debates públicos o medios de comunicación se pueden observar rasgos de este comportamiento, donde la vehemencia sustituye a la solidez del argumento.

Por qué prolifera el cuñadismo

Varias razones pueden explicar la prevalencia del cuñadismo.

Una de ellas es el acceso masivo a la información.

Tener datos al alcance de la mano puede generar la ilusión de conocimiento profundo.

Otro factor puede ser la necesidad de validación social o el deseo de parecer inteligente ante los demás.

En algunos casos, simplemente puede ser una falta de habilidades de comunicación o de escucha activa.

La dinámica de la propia conversación, donde a veces se premia la intervención rápida sobre la reflexión pausada, también contribuye.

Detrás de esta actitud de hablar con tanta seguridad sobre temas poco dominados, los psicólogos David Dunning y Justin Kruger identificaron un sesgo cognitivo relevante.

Su trabajo explica que las personas con menor habilidad o conocimiento en un área tienden a sobreestimar considerablemente su propia competencia.

Carecen de las habilidades necesarias no solo para desempeñarse bien, sino también para reconocer qué es un buen desempeño y, por ende, para darse cuenta de sus propias limitaciones.

Este fenómeno es conocido como el efecto Dunning-Kruger.

La incapacidad de reconocer la propia ignorancia alimenta una confianza desmedida.

Así, el cuñadismo puede entenderse, en gran medida, como la manifestación práctica y cotidiana de este efecto psicológico.

Curiosidades psicológicas: Una miscelánea sobre la conducta +Video

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