El Salto Ángel: donde el cielo besa la tierra

El Salto Ángel, conocido en la lengua pemón como Kerepakupai Vená, que significa «salto del lugar más profundo», es una maravilla natural que desafía la imaginación

Esta ubicado en el corazón del Parque Nacional Canaima, en el estado Bolívar de Venezuela. Esta cascada es la más alta del mundo, con una caída libre de 979 metros (807 metros de caída ininterrumpida). Nacida de la meseta del Auyantepuy, una de las montañas de mesa más grandes y emblemáticas del Escudo Guayanés, el Salto Ángel no es solo un espectáculo visual sobrecogedor, sino también un testimonio de la grandiosidad de la naturaleza y un símbolo de la indómita belleza de la Amazonía venezolana.

Un gigante geológico: la fuente en el Auyantepuy

El Salto Ángel no existiría sin su fuente, el imponente Auyantepuy, uno de los tepuyes más famosos y grandes de Venezuela, con una superficie de aproximadamente 700 kilómetros cuadrados. Estas formaciones rocosas, mesetas con paredes verticales y cimas planas, son vestigios de una de las formaciones geológicas más antiguas de la Tierra. Esto es el Escudo Guayanés, que data de hace unos dos mil millones de años.

El agua que alimenta el Salto Ángel proviene de las intensas lluvias tropicales que se acumulan en la cima del Auyantepuy. Así forman ríos y quebradas que, al llegar al borde de la meseta, se precipitan al vacío en una caída que parece infinita. Al finalizar la caída, se desintegran en una fina neblina antes de tocar el suelo. Este fenómeno crea un microclima único en la base, donde la vegetación prospera gracias a la constante humedad.

Descubrimiento y reconocimiento: de lo mítico a lo documentado

Aunque las comunidades indígenas Pemón conocían y veneraban el Salto Ángel desde tiempos inmemoriales, su «descubrimiento» para el mundo occidental se atribuye al explorador y aviador estadounidense Jimmy Angel.

En 1933, mientras buscaba oro en la región, Angel sobrevoló la cascada, quedando asombrado por su magnitud. Sin embargo, no fue hasta 1937 cuando regresó e intentó aterrizar su monoplano «El Río Caroní» en la cima del Auyantepuy.

Aunque el aterrizaje fue accidentado y la aeronave quedó varada, Angel y sus acompañantes lograron descender el tepuy a pie. Fue un viaje épico de 11 días a través de la densa selva. Así, se confirmó la existencia del salto que llamó la atención mundial sobre esta maravilla. En su honor, la cascada fue oficialmente nombrada Salto Ángel.

Un ecosistema único: biodiversidad en la base y la cima

El entorno del Salto Ángel, tanto en la base como en la cima del Auyantepuy, alberga una biodiversidad excepcional. La constante humedad y las condiciones climáticas particulares han propiciado la evolución de especies endémicas de flora y fauna. Es decir, algunas de ellas no se encuentran en ningún otro lugar del planeta.

En la cima del tepuy, la vegetación es típicamente de sabana y matorral. Habitan plantas carnívoras, orquídeas y bromelias adaptadas a los suelos pobres y la alta humedad. En la base, la selva tropical húmeda es exuberante, con una increíble variedad de árboles, lianas y una rica fauna que incluye aves, mamíferos (como jaguares y tapires) y una miríada de insectos. Este ecosistema es de vital importancia ecológica y un foco de investigación científica.

Turismo de aventura y desafíos de acceso

El Salto Ángel es uno de los destinos turísticos más impresionantes y deseados de Venezuela. Atrae aventureros y amantes de la naturaleza de todo el mundo. Sin embargo, su remota ubicación y las condiciones climáticas del Parque Nacional Canaima hacen que su acceso sea un desafío.

La forma más común de llegar es mediante vuelos en avioneta desde Ciudad Bolívar o Puerto Ordaz hasta la comunidad indígena de Canaima. Desde allí, el viaje continúa en curiaras (embarcaciones fluviales indígenas) por los ríos Carrao y Churún, seguido de una caminata a través de la selva para llegar a un mirador desde donde se aprecia la majestuosidad del salto. Esta travesía, que puede durar varios días, ofrece una experiencia inmersiva en la naturaleza virgen y la cultura pemón.

Créditos al canal New Atlantis WILD en YouTube

Conservación y significado cultural: un tesoro a preservar

El Salto Ángel, como parte del Parque Nacional Canaima, es un Patrimonio de la Humanidad. Así se vio declarado por la UNESCO en 1994, lo que subraya su valor natural y cultural universal. Para el pueblo Pemón, que habita la región, el Salto Ángel y el Auyantepuy son lugares sagrados, imbuidos de mitos y leyendas ancestrales que forman parte integral de su cosmovisión.

La conservación de este tesoro natural y cultural es una prioridad, enfrentando desafíos como la presión del turismo, la minería ilegal y los efectos del cambio climático.

Preservar la integridad de este lugar único es esencial no solo por su belleza escénica y su biodiversidad, sino también por su profundo significado para la identidad venezolana y la herencia global. El Salto Ángel, con su imponente caída y su aura de misterio, sigue siendo un recordatorio de la magnificencia de nuestro planeta y la necesidad de proteger sus maravillas.

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