El cuerpo de Elizabeth Short se encontró en un lote vacío. Estaba en el distrito de Leimert Park de Los Ángeles, el 15 de enero de 1947
En la fría mañana, Betty Bersinger caminaba junto a su pequeña hija por Leimert Park. Esto es un distrito del sur de Los Ángeles, en un descampado de la avenida Norton, entre las calles Coliseum y West 39th. De pronto, observó lo que creía un maniquí roto. Pero lo que no sabía, era que se encontraba ante uno de los hallazgos más macabros de la historia criminal. Lo que estaba observando no era un maniquí, sino el cuerpo de Elizabeth Short.
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La escena del crimen, de una brutalidad extrema y calculada. El cuerpo estaba seccionado por la cintura. Se hallaba completamente desangrado, y presentaba múltiples incisiones y mutilaciones, incluyendo una macabra sonrisa de Glasgow (una incisión que extendía su boca de oreja a oreja)
El descubrimiento de un cuerpo tan horriblemente desfigurado y expuesto públicamente conmocionó a la ciudad y desató una frenética cobertura mediática, convirtiendo el caso en una sensación nacional y un símbolo del lado oscuro del «sueño americano» en Hollywood.

La investigación del asesinato de La Dalia Negra fue una de las más extensas y complejas en la historia del Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD). A pesar de la intensa publicidad y el gran número de recursos asignados, el caso nunca se resolvió
Cientos de personas interrogadas y un sinfín de sospechosos. Desde médicos, hasta exmilitares y figuras del crimen organizado surgieron a lo largo de las décadas. Muchos se presentaron para confesar el crimen, solo para verse desacreditados. La falta de pruebas concluyentes, la contaminación de la escena del crimen y la enorme presión pública contribuyeron a que el asesino nunca se logró identificar. Así, se alimentó la intriga y la frustración.
Una historia de belleza, fama, ambición y un trágico final que dejó al descubierto el costado más oscuro de la sociedad norteamericana de posguerra. El caso de Elizabeth revolucionó a la prensa amarillista, reveló un sistema de corrupción de que nadie quedaba exento, generó un morbo pocas veces visto.
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