Andrew Cunanan, desde su adolescencia, desarrolló una reputación de mentiroso compulsivo y fabulador, creando elaboradas historias sobre su vida y su familia
Se movía en círculos sociales adinerados y homosexuales. A menudo, Andrew Cunanan vivió del «lujo» proporcionado por hombres mayores y ricos, a quienes impresionaba con su inteligencia, encanto y capacidad para adaptarse. Sin embargo, su estilo de vida se desmoronó a principios de 1997.
Con problemas financieros y un aparente declive en sus relaciones, Andrew Cunanan se embarcó en una violenta ola de crímenes. Esto lo llevaría de San Diego a Miami, dejando a su paso una estela de muerte.
La serie de asesinatos de Cunanan comenzó el 27 de abril de 1997 en Minneapolis, Minnesota, con el brutal homicidio de Jeffrey Trail. Éste era un exoficial naval y amigo de Cunanan, a quien golpeó hasta la muerte con un martillo.
Pocos días después, el 3 de mayo, Cunanan asesinó a su examante, David Madson, disparándole en la cabeza y abandonando su cuerpo cerca de un lago.
Su tercera víctima fue el prominente desarrollador inmobiliario de Chicago, Lee Miglin, de 72 años. A éste, lo torturó y asesinó el 4 de mayo en su casa. El 9 de mayo, en Nueva Jersey, Cunanan disparó y mató a William Reese, un cuidador de cementerios, para robar su camioneta. Para este punto, Cunanan ya estaba en la lista de los diez fugitivos más buscados del FBI, y una intensa persecución nacional estaba en marcha.

La ola de violencia de Cunanan alcanzó su punto culminante y más notorio el 15 de julio de 1997, cuando disparó y mató al renombrado diseñador de moda italiano Gianni Versace en las escaleras de su mansión, Casa Casuarina, en Miami Beach, Florida.
Versace regresaba de su paseo matutino cuando Cunanan lo emboscó, disparándole dos veces en la cabeza con la misma pistola que había usado en asesinatos anteriores. El asesinato de una figura tan prominente en plena luz del día desató una conmoción global y una búsqueda masiva de Cunanan. Ocho días después del asesinato de Versace, el 23 de julio de 1997, Andrew Cunanan se vio acorralado por la policía en una casa flotante en Miami Beach. Antes de su captura, Cunanan se suicidó con un disparo en la cabeza, llevando consigo los motivos exactos de sus crímenes.
A pesar de la extensa investigación, los motivos exactos de Andrew Cunanan para cometer sus crímenes, y específicamente el asesinato de Gianni Versace, nunca fueron completamente esclarecidos. Las teorías han variado desde la venganza por una supuesta infección de VIH (que una autopsia desmintió), hasta una profunda envidia por el éxito y la riqueza de sus víctimas, o un deseo de notoriedad.
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