Blanca Ibáñez, la ex secretaria privada del presidente Jaime Lusinchi, rompe años de silencio y enfrenta los señalamientos que la ubican en la página más oscura de la política venezolana
En esta entrevista, Blanca Ibáñez dice que su libro “Entre el poder y el silencio” es su defensa contra aquellos que la inculparon de hechos de corrupción.
Blanca Alida Ibáñez Piña es una figura política venezolana. Alcanzó una notoriedad considerable durante la presidencia de Jaime Lusinchi (1984-1989), a quien sirvió como su influyente secretaria privada y, posteriormente, se convirtió en su esposa. Su presencia en el Palacio de Miraflores generó un intenso debate público y críticas, convirtiéndola en un personaje central y a menudo controvertido de la política venezolana de los años 80 y principios de los 90.
La figura de Blanca Ibáñez estuvo constantemente rodeada de controversia y acusaciones de corrupción. El período presidencial de Lusinchi, y en particular la última etapa, fue objeto de numerosos señalamientos de irregularidades administrativas y tráfico de influencias, en los que el nombre de Ibáñez aparecía frecuentemente.

Uno de los casos más sonados se conoce como el «Caso de los Jeeps». En él se le acusó de complicidad en el uso ilegal de fondos reservados del Ministerio de Relaciones Interiores para adquirir vehículos. Supuestamente, los autos se entregaron a militantes de Acción Democrática, para la campaña electoral de 1988. También se le vinculó con el escándalo de RECADI (Régimen de Cambios Diferenciales). Esto fue un sistema de control de cambio que se convirtió en un vasto foco de corrupción y malversación de fondos públicos.
Estas acusaciones llevaron a un juicio en su contra en 1994. En el fallo, se vio condenada a un año de cárcel por complicidad en el caso de los jeeps. Sin embargo, no cumplió la condena.
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