Robert Christian Hansen fue un asesino en serie estadounidense. Es tristemente célebre por sus crímenes en Anchorage, Alaska, entre principios de la década de 1970 y 1983
Robert Hansen se ganó el apodo de «El Panadero Carnicero» (The Butcher Baker) porque era un respetado panadero y cazador. Así se veía de día, mientras que de noche, se dedicaba a una serie de horribles secuestros, violaciones y asesinatos.
El método de Hansen era particularmente sádico y perturbador. Atacaba a mujeres jóvenes, a menudo bailarinas de striptease o trabajadoras sexuales. A ellas las secuestraba y llevaba en su avioneta privada a zonas remotas y aisladas de Alaska.
Una vez allí, las violaba y torturaba, y luego las liberaba en la naturaleza para cazarlas como si fueran animales, utilizando un rifle y cuchillos de caza. Este «juego de gato y ratón» era parte de su retorcido ritual.
Se cree que Hansen violó a más de 30 mujeres y confesó haber asesinado a 17 de ellas, aunque se sospecha que el número real podría ser mayor, posiblemente hasta 37.
La caída de Hansen comenzó con la huida de una de sus víctimas, Cindy Paulson, una joven que logró escapar después de verse secuestrada, violada y torturada. A pesar de sus esfuerzos por convencer a la policía de su historia, inicialmente no la tomaron en serio. Sin embargo, un agente del FBI, John Douglas (un pionero en la perfilación criminal), fue llamado para ayudar en el caso y, basándose en la información disponible, creó un perfil que encajaba sorprendentemente bien con Robert Hansen.
El caso de Robert Hansen es uno de los más notorios y fríos en la historia de los asesinos en serie estadounidenses.
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