El caso de Jimmy Prout es uno de los crímenes más brutales y perturbadores que ha conmocionado al Reino Unido
Jimmy Prout, un hombre vulnerable de 45 años, se vio sometido a meses de tortura sádica y humillación por un grupo de personas a las que consideraba sus amigos, antes de que lo asesinaran y su cuerpo quedase abandonado.
El calvario de Jimmy Prout ocurrió en Percy Main, cerca de North Shields, Inglaterra, entre finales de 2015 y principios de 2016. Él convivía con un grupo de personas que, en lugar de cuidarlo, lo sometieron a un régimen de abuso extremo y prolongado, descrito en el juicio como digno de la «Edad Oscura».

Las torturas se extendieron por aproximadamente cuatro meses. Las condiciones de Jimmy Prout se deterioraron drásticamente, como se pudo ver en grabaciones de CCTV. En febrero de 2016, tras el asesinato, el cuerpo de Jimmy Prout fue abandonado en un páramo a solo unos cien metros de su casa. Posteriormente, los culpables intentaron encubrir el crimen y simular que aún estaba vivo.
Cuatro personas se identificaron y procesaron por estar implicadas en la muerte de Jimmy Prout:
- Zahid Zaman (43 años): Considerado el cabecilla de la banda y el principal orquestador del abuso.
- Ann Corbett (26 años): Pareja de Zaman y cómplice en los crímenes.
- Myra Wood (50 años):
- Kay Rayworth (56 años):
El juicio, que duró siete semanas, se llevó a cabo en la Corte de la Corona de Newcastle en 2017.

El caso de Jimmy Prout no solo fue impactante por la brutalidad de los crímenes, sino también por las múltiples oportunidades perdidas por parte de diversas agencias para intervenir y ayudarlo. Una revisión póstuma (Domestic Homicide Review) encontró que Jimmy tuvo varios contactos con la policía y los servicios de salud (incluyendo visitas a médicos de cabecera y a urgencias por lesiones) en los meses previos a su muerte. A pesar de sus evidentes heridas y el deterioro de su condición, no se detectó ni se actuó a tiempo para protegerlo del abuso que sufría.

El caso destaca la importancia de identificar y proteger a los adultos vulnerables que pueden estar siendo explotados o maltratados.
El caso de Jimmy Prout es un sombrío recordatorio de la extrema crueldad humana y de la necesidad crítica de que las instituciones sean vigilantes en la protección de los más vulnerables en la sociedad.
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