Está claramente frustrado porque no parece poder resolver las crisis mejor que el expresidente Joe Biden
El presidente Donald Trump no lo está pasando en materia de política exterior, dadas sus tensas relaciones con sus pares de Rusia, Vladimir Putin y de Israel, Benjamín Netanyahu.
En declaraciones recientes, Trump dijo que no ha encontrado alentadoras sus recientes llamadas telefónicas con líderes involucrados en la guerra.
“Muy decepcionado”, dijo Trump sobre su última conversación con el presidente de Rusia, Vladímir Putin, cuya guerra en Ucrania solo se está profundizando, a pesar de los esfuerzos de Trump por ponerle fin.
“Fue un poco decepcionante”, dijo Trump, sobre una llamada con el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, cuya guerra en Gaza continúa en medio de una terrible crisis humanitaria.
Con esos dos conflictos aun sin resolver, Trump está descubriendo las limitaciones de sus complejos vínculos personales con Putin y Netanyahu, cuyas respectivas guerras Trump insistió en que podría resolver rápidamente.
Y está claramente frustrado porque no parece poder resolver las crisis mejor que el expresidente Joe Biden, a quien considera un fracaso en política exterior, en particular.
Según Trump, Putin le dice una cosa y luego hace otra. El líder del Kremlin, cuya relación con Trump ha sido objeto de fascinación durante una década, se ha vuelto “completamente loco” con sus incesantes oleadas de ataques con misiles y drones en Ucrania, insiste Trump.
Mientras tanto, Netanyahu ha puesto a prueba la paciencia de Trump con los ataques aéreos en Siria y Gaza, donde las imágenes de niños hambrientos han provocado indignación internacional y nuevas divisiones dentro del propio partido de Trump sobre cuánto apoyar a Israel. Ambos comparten una historia tumultuosa, con una relación inestable mientras Trump busca el fin de la guerra.
Los desafíos de Trump para aprovechar sus relaciones van más allá de Rusia e Israel.
Ha encontrado un firme negociador comercial en su amigo, el primer ministro de la India, Narendra Modi, a pesar de haber sido su invitado de honor en un mitin de 125.000 personas en Gujarat.
Y su antiguo amigo por correspondencia norcoreano, Kim Jong-un, no ha respondido actualmente a las propuestas de Trump; aunque la hermana de Kim declaró esta semana que su relación “no era mala”, dijo que Pyongyang nunca abandonaría sus ambiciones nucleares.
Trump siempre ha aplicado un enfoque singularmente personal a los asuntos exteriores, compartiendo su número de celular y animando a sus homólogos a llamar o enviar mensajes de texto fuera de los canales diplomáticos habituales.
Esto ha resultado, a menudo, en una mejora de las relaciones que, según muchos diplomáticos, puede dar resultados reales, incluyendo el éxito de Trump al aumentar el gasto en defensa de los miembros de la OTAN.
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La conexión Trump-Putin
La exasperación de Trump con Putin ha ido creciendo durante meses, alimentada en parte por la incapacidad del presidente estadounidense de convertir lo que alguna vez creyó que era una relación positiva en un acuerdo de paz exitoso.
“Nos llevamos muy bien. Y nunca, ya sabes, nunca pensé que esto pasaría –dijo Trump esta semana–. Pensé que podríamos negociar algo, y tal vez eso aún suceda. Pero ya va muy avanzado el proceso. Así que estoy decepcionado”.
Esa frustración se desbordó a principios de esta semana, cuando Trump anunció abruptamente que adelantaría el plazo que le había dado a Rusia a principios de mes –inicialmente de 50 días– para llegar a un acuerdo o enfrentarse a lo que el presidente ha calificado como estrictas sanciones secundarias y aranceles. El martes, Trump dijo que a Putin le quedaban 10 días para negociar un alto el fuego, tras haber criticado previamente que no había “ninguna razón” para esperar cuando no veía “ningún progreso”.
Un funcionario de la Casa Blanca dijo que Trump decidió personalmente aumentar la presión sobre Putin después de que el plazo inicial de 50 días no lograra que el presidente ruso volviera a la mesa de negociaciones. Trump decidió que un plazo más corto era una buena táctica de negociación, según afirmaron.
La relación del presidente con Putin ha sido objeto de un intenso escrutinio, particularmente durante el primer mandato de Trump, cuando pareció ponerse del lado de Putin frente a las agencias de inteligencia estadounidenses en el tema de la intromisión de Moscú en las elecciones de 2016.
Ejerciendo presión sobre Netanyahu
Así también, los predecesores de Trump han descubierto que los vínculos personales con Netanyahu tienen un efecto limitado en la estrategia del veterano primer ministro de Israel hacia la región. Biden conocía a Netanyahu desde hacía cuatro décadas cuando asumió la presidencia en 2021. Al comienzo de su último año en el cargo, Biden se quejaba a sus asesores y a otros de que el primer ministro ignoraba sus consejos y obstaculizaba los esfuerzos para aliviar la crisis humanitaria en Gaza.
El otoño pasado, algunos funcionarios de la administración Biden incluso creyeron que Netanyahu estaba prolongando el conflicto de Gaza con la esperanza de que Trump ganara las elecciones.
Palestinos desplazados se reúnen para recibir ayuda de un punto de distribución de la GHF en el llamado «corredor Netzarim», en el centro de la Franja de Gaza, el 30 de julio de 2025.
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Trump levantó algunas restricciones a las transferencias de armas a Israel al asumir el cargo. Pero sus intentos de presionar a Netanyahu y Hamas para que firmaran un alto el fuego permanente han resultado infructuosos hasta la fecha. Y una relación que ha experimentado altibajos –incluyendo un desacuerdo sobre la aceptación por parte de Netanyahu de la victoria de Biden en 2020, que Trump nunca ha olvidado del todo– se ha visto sometida a una prueba.
Este mismo verano, Trump elogió a Netanyahu y pidió a las autoridades israelíes que retiraran los cargos de corrupción contra el primer ministro después de que Estados Unidos e Israel se unieran para atacar objetivos en Irán.
Pero solo fue cuestión de semanas hasta que Trump habló por teléfono con Netanyahu para exigir una explicación por el bombardeo de la iglesia en Gaza y los ataques a sitios en Damasco, que tomaron a Trump por sorpresa, según la Casa Blanca.
Este fin de semana, el embajador de Trump en Israel, Mike Huckabee, negó cualquier ruptura entre los hombres y dijo en Fox News que la relación era “más fuerte que nunca”.
Algunos de los otros homólogos de Trump mantienen la esperanza de que pueda utilizar su influencia sobre Netanyahu para hacer más para aliviar el sufrimiento humanitario en Gaza.
Con información de CNN