¿Alguna vez te has preguntado por qué en España y en muchos países de América Latina tenemos dos apellidos?
En este video te contamos la historia detrás de los dos apellidos: de dónde viene, qué significa y cómo ha ido evolucionando con el tiempo. América Latina y España.
A diferencia de otros países donde solo se hereda el apellido paterno, el sistema de dos apellidos combina el del padre y el de la madre. Y es una forma de reflejar que ambas familias tienen peso en la identidad de los hijos. Pero esta costumbre no es casual… ni reciente.
Aunque se oficializó en el siglo XIX con los primeros registros civiles, la tradición viene de mucho antes. Y tiene mucho que ver con las mujeres españolas, que empezaron a transmitir sus apellidos para mantener su legado familiar.
El sistema de usar dos apellidos en muchos países de América Latina y España es una tradición con profundas raíces históricas y culturales que se diferencia de la mayoría de las culturas occidentales. Esta costumbre tiene sus orígenes en la España medieval y se consolidó por varias razones a lo largo de los siglos.
Transmisión a América Latina
Esta tradición fue llevada a América Latina durante la conquista y la colonización. A medida que el Imperio Español se expandía, sus leyes y costumbres se implementaban en los nuevos territorios.
El sistema de dos apellidos se adoptó rápidamente en las colonias, especialmente en las zonas urbanas y entre las élites, y con el tiempo se generalizó a toda la población.
Cuando los indígenas eran convertidos al catolicismo, a menudo se les asignaban apellidos españoles para registrarlos en el nuevo sistema legal. Esta práctica consolidó aún más la convención del doble apellido en la región.
¿Cómo funciona el sistema?
La regla tradicional es que el primer apellido es el del padre y el segundo es el de la madre. Por ejemplo, si un padre se llama Juan Gómez Pérez y la madre se llama Ana Rodríguez Sotomayor, su hijo, Carlos, se llamará Carlos Gómez Rodríguez. Este sistema permite que los apellidos de los abuelos se mantengan en cada generación.
Aunque la tradición dicta el orden paterno-materno, en países como España, la ley ha cambiado para permitir a los padres elegir el orden de los apellidos. Sin embargo, la costumbre sigue siendo tan fuerte que la gran mayoría de las familias opta por la secuencia tradicional.
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