¿Se puede revertir la vejez? Experimentos con órganos animales

La búsqueda de la juventud eterna llevó a un médico a realizar un procedimiento impensable. Un caso poco conocido… pero completamente real. ¿Se puede revertir la vejez?

Créditos al canal History Latinoamérica en YouTube

¿Se puede revertir la vejez?

Los humanos llevan e buscando la clave de la eterna juventud y esa búsqueda ha llevado algunos experimentos extremadamente extraños que intentan retener el tiempo. Quizá el más extraño sea uno que intentó un ruso llamado Serge hace un siglo.

Serge Voronoff (1866-1951) fue un cirujano francés de origen ruso que se hizo famoso en el siglo XX por sus controvertidos y radicales experimentos para «rejuvenecer» a los ancianos. Su trabajo, que implicaba el trasplante de tejido de testículos de monos a humanos, lo convirtió en una celebridad mundial, aunque su fama se desvaneció rápidamente cuando sus teorías fueron desacreditadas.

Se puede revertir la vejez
Serge Voronoff.
El Método de «Rejuvenecimiento»

Voronoff creía que el envejecimiento se causaba a causa de una disminución de las hormonas sexuales y que este proceso podía revertirse. En la década de 1920, desarrolló una técnica quirúrgica para trasplantar finas rodajas de tejido de los testículos de chimpancés y babuinos en el escroto de hombres.

Fama y fortuna: Los medios de comunicación de la época se hicieron eco de sus promesas de recuperar el vigor y la vitalidad de la juventud. Numerosos hombres adinerados, incluyendo celebridades y políticos, se sometieron a la cirugía, creyendo que funcionaba. El éxito y la demanda de sus operaciones lo hicieron extremadamente rico.

Críticas y Declive

A pesar de la popularidad inicial, la comunidad científica se mantuvo escéptica. Los críticos señalaron la falta de evidencia científica real y argumentaron que cualquier mejora en la salud de los pacientes probablemente formaba parte de un efecto placebo o como resultado de una mejora general en sus hábitos de vida.

El veredicto final: A medida que la medicina y la endocrinología avanzaron, quedó claro que la teoría de Voronoff era incorrecta. El cuerpo humano rechaza el tejido de otras especies, por lo que cualquier beneficio percibido era, en el mejor de los casos, temporal.

Aunque hoy en día su trabajo es visto como pseudocientífico y un ejemplo de la charlatanería médica, el caso de Voronoff es un fascinante reflejo de la desesperación humana por desafiar el envejecimiento.

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