El viaje de la escopolamina de la medicina al crimen
La burundanga puede dejarte en blanco y hacerte vulnerable. Un toque y pierdes tu voluntad, incluso tu memoria.
Esta droga te convierte en un zombie sin control, capaz de ceder todo lo que tienes, desde tu dinero hasta tu celular.
La burundanga es muy peligrosa y vale la pena conocerla un poco para entender sus peligros
La burundanga es una mezcla de sustancias sedantes, hipnóticas y amnésicas. Actúa sobre el sistema nervioso central, bloqueando los receptores de neurotransmisores y provocando un estado de sumisión química.
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La víctima, consciente pero sin voluntad propia, obedece sin cuestionar, como si estuviera hipnotizada.
La burundanga no es un invento, sino un término popular que agrupa diversas sustancias que se usan para someter a alguien.
Escopolamina
Una de las más conocidas es la escopolamina, un alcaloide que viene de la planta del estramonio. Otras sustancias que se mezclan para lograr el mismo efecto son los benzodiacepinas, como el clonazepam y el diazepam.
Estos cócteles se usan para robar, asaltar o abusar de otras personas.
El efecto de la burundanga es tan poderoso que anula la capacidad de la víctima para resistir o reaccionar.
El uso de la burundanga para el crimen está muy extendido
Los delincuentes la usan para robar en la calle, en los bares o en los centros comerciales. Simplemente, la ponen en una bebida, un cigarrillo, o un pañuelo. La víctima inhala o ingiere la droga sin darse cuenta y en minutos, se convierte en un fantasma sin voluntad.
La persona que lo consume, no recuerda nada de lo que pasó, y solo se da cuenta del robo cuando está sobria.
Los orígenes de un fármaco con un lado oscuro
El origen de la escopolamina, su principal principio activo, se remonta al siglo XIX. Un químico alemán, Albert Ladenburg, fue quien la aisló por primera vez en 1881.
La extrajo del arbusto del estramonio, una planta que en algunos lugares se conoce como «flor de la luna» o «hierba del diablo».
En un principio, el objetivo era usarla en la medicina. Se descubrió que la escopolamina podía servir para tratar las náuseas, el mareo y los espasmos.
También se usó como sedante y analgésico. Durante muchos años, los médicos la usaron en las salas de parto para calmar a las mujeres y aliviar el dolor.
A esta práctica se le conoció como «crepúsculo de la verdad» porque la persona podía hablar sin reservas.
Con el tiempo, la escopolamina cayó en desgracia por sus efectos secundarios y la posibilidad de sobredosis.
Su uso medicinal disminuyó, y fue reemplazada por otros medicamentos más seguros.
Sin embargo, su capacidad para anular la voluntad llamó la atención de otros grupos. Los delincuentes descubrieron su poder, y la adaptaron para el crimen.
El uso criminal de la burundanga se popularizó en Colombia
Desde los años 60, los delincuentes colombianos usaban la escopolamina para drogar a sus víctimas.
El estramonio, la planta de donde se extrae, crece de forma silvestre en el país, lo que facilitaba su acceso. Al principio, la usaban para los robos.
Después, la adaptaron para el secuestro y la extorsión. Los delincuentes drogaban a sus víctimas y las llevaban a cajeros automáticos para sacar dinero.
Con el tiempo, el uso de la burundanga se extendió a otros países de América Latina. En Venezuela, por ejemplo, los secuestros exprés con burundanga son una modalidad de robo común.
Además, en países como México, Perú y Ecuador, también se usa para cometer crímenes similares. En la actualidad, el uso de la escopolamina es un problema de seguridad pública en muchos países de la región.
Cómo evitar ser una víctima de la burundanga
Evitar ser una víctima de la burundanga es cuestión de prevención y sentido común.
Los delincuentes buscan a personas desprevenidas. Ten cuidado si te encuentras en un lugar con mucha gente, como una discoteca, un bar o un centro comercial.
No aceptes bebidas de extraños, y no dejes tu vaso o tu comida sin supervisión. Si un extraño te ofrece una bebida, rehúsala de manera educada y mantén la distancia.
Si un desconocido te pide una dirección o una ayuda, no te acerques. El delincuente puede usar un pañuelo o un papel con la droga para drogarte sin que te des cuenta.
Si te sientes mareado, desorientado o confundido, pide ayuda a un amigo o a un familiar. No te quedes solo.
Si crees que te drogaron, llama a los servicios de emergencia o ve a un hospital. Un médico puede hacerte un examen de sangre o de orina para detectar la droga.
Si te das cuenta de que fuiste víctima de un robo o un asalto, denuncia el crimen a la policía. La policía puede investigar el caso y capturar a los responsables.
Recuerda que la prevención es la clave.
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