Este lunes, en Ginebra, la Misión de determinación de hechos de la ONU sobre Venezuela, presentó un informe actualizado sobre la situación de los Derechos Humanos en Venezuela.
Marta Valiñas, presidenta de la misión, informó en el Consejo de DD. HH. de la ONU que la misión «ha seguido documentando casos de tortura y tratos crueles inhumanos o degradantes a través de amenazas, golpes con objetos contundentes, descargas eléctricas en diferentes partes del cuerpo, incluidos los genitales, o asfixia con bolsas plásticas, entre otros».
Valiñas destacó que «estos métodos han sido empleados contra los detenidos durante sus interrogatorios o como castigo por su afiliación política a la oposición, sea real o percibida».
Agrega que «la misión ha documentado además otras formas de castigos en los centros de detención que constituyen tortura o tratos crueles, inhumanos y degradantes, como el encierro en sedas de aislamiento, en algunos casos tan pequeñas como de un metro cuadrado».
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También denuncia que «en otros casos se mantenía suspendidos a los detenidos por las muñecas mientras eran golpeados. Las condiciones de detención en centros como Tocorón, Tocoyito, Rodeo 1 o La Crisálida pueden alcanzar el umbral de tratos crueles, inhumanos o degradantes».
En especial, «la Misión expresa preocupación por las condiciones de salud de las personas detenidas a la luz de las muertes bajo custodia del Estado, referidas anteriormente».
Igualmente, refiere que «en estos mismos centros de detención, la Misión ha documentado casos de violencia sexual y basada en género contra personas detenidas o contra sus familiares en ocasión de las visitas carcelarias. La mayoría de las víctimas han sido mujeres jóvenes o niñas, adolescentes, aunque también hombres y personas de la población LGBT. Entre los actos documentados figuran sexo transaccional coercitivo, requisas invasivas con desnudez forzada y actos que podrían constituir prostitución forzada».
También alerta que «en un centro de detención transitorio, niñas adolescentes fueron víctimas de continuos actos de violencia sexual a cambio incluso de productos de limpieza para mantener una mínima salubridad en el lugar de reclusión. El acceso a alimentos que traen sus familias o a llamadas telefónicas también estaban sujetos a actos sexuales coercitivos. Las víctimas continúan sufriendo las consecuencias de estos actos después de su excarcelación, mientras que los autores continúan en sus puestos con total impunidad», dijo Valiñas.