La Casa Blanca amenaza con despidos masivos de empleados federales ante la negativa de la oposición demócrata a prolongar el gasto público hasta finales de noviembre.
De continuar el enfrentamiento en el Congreso, el gobierno federal se quedará oficialmente sin dinero para pagar nóminas de empleados no esenciales a finales de septiembre, un fantasma que aparece una y otra vez en el escenario político estadounidense desde hace años.
La Oficina de Gestión y Presupuesto de la Casa Blanca advirtió este jueves en un memorando interno que la administración republicana iría más allá de la práctica habitual de licencias temporales durante cierres anteriores.
Los republicanos tienen cortas mayorías en la Cámara de Representantes y en el Senado.
La extensión del gasto público ya fue aprobada por la Cámara Baja, pero en el Senado la mayoría republicana (53-47) necesita siete votos demócratas para pasar la ley.
El memorando de la Casa Blanca, obtenido por AFP, advierte que «las agencias deben aprovechar esta oportunidad para estudiar el envío de avisos de Reducción Laboral a todos los empleados».
La oficina ordena a todas las agencias y departamentos presentar planes de reducción de personal.
El término «reducción laboral» (RIF por sus siglas en inglés) es el mismo que el gobierno Trump utilizó durante sus despidos a gran escala bajo el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) del magnate Elon Musk a principios de este año.
La Casa Blanca culpó a una «serie de demandas insensatas» de los demócratas.
«Seguimos esperanzados de que los demócratas en el Congreso no desencadenen un cierre y que los pasos descritos anteriormente no sean necesarios», agregó el memorando.
Lea también:
– «No nos intimidarán» –
El líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries, respondió diciendo a la Casa Blanca «vete al diablo».
«No nos intimidarán con su amenaza de realizar despidos masivos», dijo Jeffries en X, describiendo al jefe de la oficina presupuestaria, Russ Vought, como un «operador político maligno».
Las batallas en torno al cierre del gobierno se han convertido en una característica regular de la política estadounidense bajo administraciones republicanas y demócratas, ya que Washington está cada vez más paralizado por la polarización.
Los demócratas quieren aprovechar este debate presupuestario para reinstaurar miles de millones de dólares de gasto en sectores como la salud pública y la educación, algo que los republicanos consideran irrealista, puesto que ellos ya aprobaron una ley masiva este año, la «sola y bonita ley» («one big beautiful bill») que recortaba en 2 billones de dólares el gasto público para los próximos diez años.
Trump canceló una reunión el martes con líderes demócratas en el Congreso, diciendo que no se reuniría con ellos hasta que «se vuelvan realistas» con sus demandas.
Ambas cámaras están en receso esta semana y los senadores regresan el lunes, así que el tiempo se agota para mantener financiado al gobierno estadounidense después del final del año fiscal.
Los republicanos de la Cámara de Representantes advirtieron el viernes que sus miembros no regresarán antes de la fecha límite de financiación, obligando al Senado a votar nuevamente y aceptar su propuesta o enfrentar un cierre.
El proyecto de ley, si se aprueba, sería solo una solución temporal que financiaría las agencias federales hasta el 21 de noviembre.
El Congreso enfrentó por última vez un cierre en marzo, pero los demócratas en el Senado, capitaneados por el veterano Chuck Schumer, acabaron cediendo.
Con información de AFP