Sus crímenes fueron especialmente atroces debido a la crueldad sádica ejercida contra sus víctimas, en su mayoría niños y adolescentes
Ian Brady y Myra Hindley fueron una pareja de asesinos en serie británicos responsables de los infames «Asesinatos de los Páramos» (Moors Murders) que aterrorizaron el área de Mánchester, Inglaterra, a principios de la década de 1960.
Los Crímenes de los Páramos (1963-1965)
Entre julio de 1963 y octubre de 1965, Brady y Hindley secuestraron, torturaron y asesinaron a cinco jóvenes. Los asesinatos recibieron su nombre porque cuatro de las víctimas las enterraron en tumbas excavadas en el inhóspito páramo de Saddleworth.
La Dinámica de la Pareja
- Ian Brady (1938-2017): Fue el instigador y dominante de la relación. Demostraba un profundo interés por la filosofía nihilista, los escritos del Marqués de Sade y el nazismo. Lo diagnosticaron como psicópata y mostró un total desprecio y falta de remordimiento por sus crímenes hasta su muerte.
- Myra Hindley (1942-2002): Trabajaba como secretaria cuando conoció a Brady. Se convirtió en su devota cómplice, adoptando su ideología y fascinación por el mal. Ella era crucial para los crímenes, ya que su presencia como mujer ayudaba a atraer a las víctimas (especialmente a los niños) a su coche o a los páramos. La prensa la catalogó como «la mujer más malvada de Gran Bretaña».

Arresto y Condena
La oleada de crímenes terminó en octubre de 1965, cuando Edward Evans lo asesinaron en la casa que compartían en Mánchester, en presencia de David Smith, cuñado de Hindley. Horrorizado, Smith denunció a la pareja a la policía.
- Durante la investigación, la policía encontró pruebas escalofriantes, incluidas fotografías de la niña Lesley Ann Downey siendo torturada y una cinta de audio de sus súplicas.
- Ambos los condenaron a cadena perpetua en 1966. Escaparon por poco a la pena de muerte, ya que la abolieron en el Reino Unido poco antes.
Myra Hindley pasó 36 años en prisión, haciendo varias apelaciones de libertad condicional (que siempre le denegaron) antes de morir en 2002. Ian Brady lo transfirieron a un hospital psiquiátrico de alta seguridad en 1985 y permaneció allí hasta su muerte en 2017.
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