El caso de Cosmo DiNardo y «los chicos perdidos del Condado de Bucks» es uno de los crímenes más impactantes ocurridos en Pensilvania, Estados Unidos, en los últimos años.
Resumen del Caso
El caso se refiere al asesinato de cuatro jóvenes en el Condado de Bucks, Pensilvania, en julio de 2017. La desaparición de los jóvenes generó una intensa búsqueda y cobertura mediática que terminó con la trágica confesión de Cosmo DiNardo, ayudado por su primo, Sean Kratz.

Las Víctimas
- Cosmo DiNardo fue condenado por el asesinato de cuatro jóvenes:
- Jimi Patrick (19 años)
- Dean Finocchiaro (19 años)
- Thomas Meo (21 años)
- Mark Sturgis (22 años)

El Crimen
1-El Engaño: DiNardo atrajo a los cuatro hombres por separado a la granja de sus padres en Solebury Township bajo la falsa promesa de venderles grandes cantidades de marihuana.
2-Los Asesinatos: Entre el 5 y el 7 de julio de 2017, DiNardo disparó y mató a los cuatro hombres. Así, en tres de los asesinatos (Finocchiaro, Meo y Sturgis), lo asistió su primo, Sean Kratz.
3-Encubrimiento: DiNardo utilizó equipo pesado (una retroexcavadora) que se encontraba en la propiedad para mover y enterrar los cuerpos.
- El cuerpo de Jimi Patrick lo enterraron en una fosa separada, de unos seis pies de profundidad.
- Los cuerpos de los otros tres jóvenes los quemaron en un asador de cerdos (pig roaster) y luego enterrados juntos en otra fosa común.

La Confesión y la Condena
- Confesión: La investigación se centró rápidamente en la granja de la familia DiNardo, un extenso terreno de 90 acres. Ante la presión de la policía, Cosmo DiNardo confesó ser el autor de los hechos y reveló la ubicación exacta de los cuerpos a cambio de que la fiscalía no solicitara la pena de muerte.
- Veredicto: En 2018, Cosmo DiNardo se declaró culpable de cuatro cargos de asesinato en primer grado, además de robo, abuso de cadáver y conspiración. Por eso, lo condenaron a cuatro cadenas perpetuas consecutivas.
- El Cómplice: Su primo, Sean Kratz, lo declararon culpable de asesinato en primer grado y homicidio voluntario en la muerte de tres de los hombres y también lo sentenciaron a cadena perpetua.
El caso conmocionó a la tranquila comunidad del Condado de Bucks, y el juicio destacó detalles escalofriantes, incluido el uso de la maquinaria pesada para deshacerse de los restos.
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