Científicos de la Universidad Miguel Hernández de Elche (UMH), en España, descubrieron las cualidades de un nuevo compuesto capaz de reducir el consumo y la motivación para ingerir alcohol.
La sustancia, denominada MCH11, fue probada en un ensayo preclínico con ratones y, según los especialistas, abre nuevas alternativas para tratar los casos de alcoholismo en humanos.
El consumo de alcohol es una de las adicciones con mayor incidencia a nivel global y está relacionado con alrededor de 2.6 millones de muertes anuales.
Aunque existen diversas terapias farmacológicas y psicológicas para tratar este trastorno, los autores del nuevo estudio señalan que presentan limitaciones: hasta un 70% de los pacientes recaen después de un año de tratamiento.
Si bien hay conciencia general sobre los riesgos del consumo excesivo de alcohol, persiste la confusión sobre las implicaciones a largo plazo respecto al consumo moderado. La ciencia mantiene su búsqueda de más evidencia.
Para abordar este problema, el equipo liderado por Jorge Manzanares, catedrático de la UMH, estudió el sistema endocannabinoide, una red de señalización presente en el sistema nervioso central y en los tejidos periféricos de los vertebrados, que influye en los mecanismos que regulan el placer, la motivación y el estrés, sensaciones directamente vinculadas con la adicción al alcohol.
Los autores del estudio, publicado en la revista Biomedicine & Pharmacotherapy, explican que en las personas con alcoholismo este sistema se desestabiliza debido a la reducción de moléculas como el 2-araquidonilglicerol (2-AG), que participa en la neuromodulación y en el control del impulso de ingesta.
La función del compuesto experimental MCH11, según sus creadores, es inhibir la enzima monoacilglicerol lipasa (MAGL), responsable de degradar de forma natural la 2-AG.
Los investigadores evaluaron el potencial del compuesto en un modelo con ratones machos y hembras de la cepa C57BL/6J, comúnmente utilizada en estudios sobre conducta y adicciones.
Los animales fueron tratados con distintas dosis de MCH11 (10, 20 y 40 mg por kilo de peso) para determinar cuánto tiempo permanecía el compuesto en la sangre y qué tan rápido alcanzaba su concentración máxima. Además, se analizaron los niveles de endocannabinoides y su evolución con el paso del tiempo.
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Entre consumo de alcohol y genes
Los ratones se sometieron a pruebas de movimiento, impulsividad, memoria, atención y emociones para determinar si el MCH11 afectaba su comportamiento. Posteriormente, se examinó si la sustancia influía en el consumo voluntario de alcohol y en la motivación para beber.
Tras las observaciones en campo, los científicos tomaron muestras de tejido cerebral del área tegmental ventral (ATV) y del núcleo accumbens (NAc), regiones asociadas con la adicción y el placer.
Utilizando una técnica genética conocida como qPCR, cuantificaron y calificaron cómo cambiaba la actividad de ciertos genes relacionados con la dopamina (placer y motivación), los opioides y los receptores cannabinoides.
“Sabemos que ciertos genes se alteran con el trastorno por consumo de alcohol y hemos comprobado mediante este análisis que dichas alteraciones se corrigen con MCH11 en ratones de ambos sexos, aunque las hembras necesiten una dosis mayor”, explicó Abraham Torregrosa, investigador de la UMH y primer autor del estudio.
De esta forma, los autores concluyeron que el MCH11 posee propiedades ansiolíticas y antidepresivas, que no afectan la función motora ni cognitiva, aunque los efectos difieren según el sexo. “En los machos, la respuesta al tratamiento fue efectiva con dosis bajas y medias, mientras que las hembras requirieron cantidades más altas para obtener resultados similares”, precisó Manzanares.
El especialista añadió que el experimento demuestra que el MCH11 actúa sobre los mecanismos del sistema nervioso que ayudan a controlar el impulso de consumir alcohol, sin generar efectos secundarios indeseados, al menos en ratones y con las dosis empleadas en el ensayo.
En una segunda fase, los científicos probaron la combinación de MCH11 con topiramato, un medicamento actualmente utilizado para tratar la dependencia alcohólica. Los resultados mostraron que las dosis combinadas fueron más efectivas que la administración individual de cada compuesto.
Manzanares destacó que “este hallazgo es particularmente relevante porque los comportamientos impulsivos están estrechamente relacionados con el desarrollo y mantenimiento del alcoholismo”. Sin embargo, reconoció que los resultados aún son preliminares, por lo que será necesario ampliar la investigación para confirmar su eficacia en otros modelos animales y, finalmente, garantizar que el MCH11 sea seguro y útil en pacientes humanos.
Con información de Es.wired.com