Esta es la vida de un hombre que enfrentó lo imposible… y lo venció
Francisco Pacheco fue el piloto que voló donde nadie más podía. En Vargas, en Mérida, en cada emergencia, su helicóptero era esperanza. Cruzó el Atlántico con La Guacamaya, demostrando que Venezuela también sabe hacer historia.
Francisco Pacheco no es solo un piloto, es el hombre al que se le llamaba cuando todo se complicaba. Su vocación siempre fue el cielo, la máquina y el dominio del viento. Pero la vida y el país lo llevaron a algo más grande, el rescate humano. Volaba donde otros no llegaban, donde la montaña se cerraba donde el clima se volvía enemigo.
En la tragedia de Vargas, en los rescates extremos de Mérida, en cada operación marcada por la urgencia, su nombre aparecía como una constante. También es recordado por la hazaña de la Guacamaya, el helicóptero que puso a Venezuela en el mapa de la aviación mundial. Junto a su compañero, Tomás Spanier logró lo impensable, cruzar el Atlántico desde el estado Sucre hasta España.

Silencioso, disciplinado, técnico hasta la obsesión, Pacheco convirtió su pasión por el vuelo en un servicio al país. Su historia demuestra que cuando el cielo se vuelve difícil, siempre hay alguien dispuesto a enfrentarlo.
Mi nombre es Francisco Pacheco, nací en Caracas en el 14 de octubre de 1953 y gran parte de mi vida la he dedicado al mundo de los helicópteros. Estudié, me gradué de bachiller, por supuesto, estudié arquitectura, estudié arte y finalmente estudié aviación. Una vez que me inicié con con aviación, coincidencialmente, mi primer vuelo largo fue ir a buscar a la famosa Guacamaya sin saber que se llamaba así.
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