La restricción calórica consiste en consumir entre 20% y 40% menos de las calorías habituales y activa mecanismos celulares ligados a longevidad, como menor insulina, menor IGF-1, reducción de mTOR, mayor autofagia y mejor resistencia al estrés. Comer menos.
Comer menos ¿Aumenta tu longevidad?
En animales prolonga la vida y reduce enfermedades relacionadas con la edad, y en humanos se asocia a mejor perfil metabólico y envejecimiento más lento. Sin embargo, sostener un 30% menos es difícil y puede generar déficits nutricionales, por lo que estrategias moderadas, como reducir solo 5–10% o alternar días de restricción y días normales, permiten obtener beneficios sin perder masa muscular ni comprometer micronutrientes.
Nadie cuida su longevidad para vivir más tiempo porque sí. Nadie quiere vivir 120 años y pasar los últimos 20 años de su vida postrado en la cama.
Cuando hablamos de longevidad no hablamos de vivir más porque sí, porque a nadie le interesa. Por eso, todas estas intervenciones que incrementan la expectativa de vida, también incrementan lo que llamamos expectativa de salud, que es lo que realmente queremos, pasar más tiempo sanos, más tiempo disfrutando, más tiempo haciendo lo que queremos y con quien queremos.
Por eso, el objetivo real de longevidad no es vivir 150 años, es vivir sano el tiempo que estés acá, sin importar cuánto sea. Y es importante que sepas que mucha de esa evidencia es en animales. Todavía no existen humanos porque son cosas demasiado nuevas, con lo cual algunas cosas están probadas en ratones, otras en monos y en diferentes animales.
Pero aclarado esto, vamos sin más a ver las intervenciones en orden de más efecto a menos efecto. Esta lista está organizada en un orden que es la cantidad de días extra que hizo vivir cada una de estas herramientas a ratones. No es lo mismo claramente que probar esto en humanos, pero por razones éticas es muy improbable que sean estos mismos estudios en humanos.
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