Cada diciembre, millones de hogares vuelven a escuchar esa melodía. La canción viaja con fuerza, y en cada nota permanece la voz de aquel niño venezolano que cantó para la eternidad
Ricardo Cuenci tenía apenas 8 años cuando su voz se convirtió en la Navidad de Venezuela y gran parte de América Latina. Mi burrito sabanero cruzó fronteras y generaciones, transformándose en uno de los villancicos más importantes del mundo.
El Burrito Sabanero
Ricardo Cuenci tenía apenas 8 años cuando su voz se convirtió en la Navidad de Venezuela y gran parte de América Latina. Lo que aquel niño no sabía que esa grabación realizada hace más de cinco décadas cruzaría continentes, culturas y generaciones.
Mi burrito sabanero se transformó en un fenómeno global y en uno de los villancicos más importantes del mundo. Billbor lo incluyó entre las 100 mejores canciones navideñas de todos los tiempos. Sin embargo, detrás de ese éxito hay una contradicción profunda. El niño que le dio voz a uno de los himnos desembrinos más importantes del siglo XX no recibió la vida que esa canción le regaló al mundo.
Hoy Ricardo Cuenci vive entre trabajos esporádicos, dificultades económicas y una lucha constante por reivindicar su historia. Bueno, por acá Ricardo Cuenci, compositor, cantante. Este, fui el intérprete del Burrito Sabanero hace unos años atrás y bueno, como siempre dándole voz a mi gente, al público, que conozca, que sepa de mi vida y qué es lo que
quiero hacer y qué es lo que estoy haciendo, ¿no?
¿Cómo siente que esa versión que usted hizo sea tan importante hasta el día de hoy? Bueno, siempre he sentido la nostalgia pues de siempre llegar ese tiempo, ese momento cuando niño, bueno, este viajes, regalos, este firmar de afiches, la alegría de la gente, aunque todavía ahorita hay gente que ya me ha querido ver. Mira, usted es el que cantó el Burrito Sabanero.
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