Los Clippers fueron superiores. Los Nuggets, todavía exhaustos de sus siete partidos ante los Jazz, aguantaron hasta el segundo cuarto.
Se veía venir. Lo avisaba Jamal Murray, el héroe ante los Jazz, cuando le confirmaron el horario de este primer partido de las semifinales de conferencia. El apretado calendario en la burbuja de la NBA hace que los equipos tengan que jugar cada dos días y los Nuggets venían de una batalla cruenta que se extendió hasta los siete encuentros. Les ha pasado y les puede pasar también a los Rockets, que juegan contra los Lakers la otra serie pendiente del Oeste: piernas cansadas, agotamiento y falta de recuperación.
Los Clippers, algo más descansados, sólo concedieron un cuarto a su rival. Mejor dicho, los Nuggets pusieron todo lo que tenía y sólo llegaron a hacerlo bien durante un cuarto. Unos 20-22 minutos pasaron hasta que el partido se rompió por completo. Tras el descanso, campo abierto, laxitud y minutos de la basura para que esta cita se cerrara con 120-97 y las dudas sobre cómo será el resto de la serie si ha empezado tan desigualada.
El comienzo de los de Mike Malone fue un espejismo. Cualquiera que haya visto las dos series anteriores de estos dos equipos quiere verles así, dar el máximo y que haya pelea, pero en este primer encuentro al menos no ha sido así. Beverley volvió a jugar, siendo ésta la gran novedad del partido, y los primeros minutos sí supusieron un esfuerzo para los angelinos, que estaban jugando bien en ataque pero veían a los Nuggets moverse quizás demasiado en el suyo. Buenas opciones para los exteriores, Jokic haciendo de menos a Zubac y un buen empate al finalizar los doce minutos del primer periodo. Evitaron el cuerpo a cuerpo en esos instantes e hicieron bien, ya que ahí es donde se hizo la verdadera diferencia: dentro del arco los Clippers anotaron el 57% de los lanzamientos.
vía AS