La nave OSIRIS- REx de la NASA realizará la complicada hazaña de descender al asteroide Bennu el 20 de octubre. La misión es recolectar muestras que arrojen luz sobre los secretos de la Tierra y nuestro Sistema Solar
Por primera vez en la historia, la NASA enviará una nave a un asteroide, con el propósito de conseguir muestras y traerlas a nuestro planeta para su posterior estudio. La sonda espacial OSIRIS-REx hará un atrevido intento de Touch-And-Go (TAG) al asteroide Bennu el 20 de octubre. Tocará la superficie y recolectará una muestra para regresar a la Tierra.
Los asteroides son restos de los bloques de construcción que formaron los planetas de nuestro Sistema Solar. Contienen recursos naturales como agua, materia orgánica y metales. ¿Podrían los asteroides ricos en carbono haber sembrado nuestra Tierra primigenia con la química orgánica necesaria para que la vida se desarrollara? Esa es la gran pregunta que ha llevado a los científicos de la agencia espacial estadounidense a emprender esta gran aventura.
“Nunca lo habíamos hecho antes. Vamos a recolectar muestras para traerlas de regreso a la Tierra y que los científicos la examinen más a fondo”, explicaba Nayi Castro , ingeniera de la NASA. Pero, ¿cómo conseguir esto?
Como explica el también ingeniero Mike Moreau, la nave espacial OSIRIS-REx ha estado navegando alrededor del asteroide Bennu durante los últimos dos años. De este modo, se ha logrado estudiar con detalle su superficie, consiguiendo también localizar los posibles problemas que podrían surgir si se intentara acceder a él.
“Estábamos buscando ubicaciones en Bennu que tuvieran 50 metros de diámetro, relativamente planas y con materiales arenosos, de grano fino”, explicaba Moreau. “Pero nos dimos cuenta de que no había sitios en Bennu que se acercaran a cumplir con este criterio”, contaba el científico de la NASA, pues todo estaba cubierto de rocas. Esto supuso un gran reto a la hora de trazar un plan para lograr conseguir muestras que después pudieran viajar sanas y salvas a la Tierra.
Después de observar el asteroide con más detalle, el equipo encargado de esta expedición logró concretar cuatro emplazamientos posibles en los que la nave OSIRIS-REx pudiera descender para tomar muestras del asteroide. Finalmente se escogió un lugar llamado “Nightngale” que, a pesar de poseer un aspecto bastante hostil, es quizás uno de los más “muestreables” de todo Bennu.
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