Las mujeres que están presas en cárceles venezolanas viven un infierno. Dos dedos de sopa de auyama como desayuno, almuerzo y cena durante una semana, así trataban a las 187 mujeres recluidas en el anexo femenino de la Comunidad Penitenciaria Fénix del estado Lara.
Pero, lo peor llegó la noche del pasado 11 de febrero, cuando les dieron esa misma sopa en mal estado. Esta situación enfureció a las mujeres, quienes decidieron alzar su voz en señal de reclamo por los alimentos que estaban recibiendo.
Cuatro custodias hacían la revisión habitual dentro de las celdas aquella noche, al mismo tiempo que llegaba la directora del anexo femenino a las instalaciones. Fue en ese momento cuando un grupo de reclusas decidió acercarse hasta las rejas para hacerle el reclamo respectivo por los alimentos.
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“No somos animales, no merecemos que nos traten así. ¿Cómo nos van a dar una sopa podrida? Eso nos puede enfermar”. Denunció una de las presas de Fénix Lara al Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP).
Las privadas de libertad además relataron que la discusión las hizo subir la voz a tal punto que se acercó el director del penal, Ender Ávila, acompañado de más de diez hombres del Grupo de Respuesta Inmediata y Custodia (GRIC).
“Llegaron agresivos y dispararon en contra de nosotras, nos arrinconaron en una pared”, denunció una reclusa al equipo del OVP. Así como también aclaró que se trataba de perdigones y afortunadamente ninguna resultó herida. Finalmente, la situación fue aclarada y tanto Ávila como la directora del anexo femenino se retiraron.
No obstante, las reclusas ahora se manifiestan preocupadas. A pesar de que aseguran que no pasó más allá de unos reclamos por la comida, 21 mujeres recibieron informes negativos. Son acusadas por el presunto secuestro de la directora y las cuatro custodias que estaban dentro de las celdas.
“Con un informe de esos no tenemos derecho a redimir y tampoco podemos optar por un beneficio. Varias de las señaladas están cerca de salir en libertad, ahora todo esto nos afecta en nuestros procesos”, explicaron.
Asimismo, denunciaron que desde la directiva del Fénix Lara presuntamente las han amenazado con trasladarlas hacia el Centro Penitenciario de Occidente (CPO) en Santa Ana del estado Táchira o el Centro Penitenciario de la Región Andina (CEPRA) en el estado Mérida.
En ese sentido, las reclusas involucradas desmintieron el supuesto secuestro del que fueron acusadas y temen ser trasladadas a otros recintos penitenciarios, lo que implica que estarían lejos de sus familiares que no tienen recursos para visitarlas en otros estados.
Redacción Lohena Reverón/Con información de nota de prensa.