Jean-Paul Belmondo, uno de los grandes iconos del cine francés, murió este lunes a los 88 años. Llevaba una larga temporada retirado, informó su abogado y amigo, Michel Godest, a la prensa francesa.
Belmondo, que había sufrido un accidente cerebrovascular en 2001, se apagó «tranquilamente», según dijo Godest, quien con voz emocionada comunicó la noticia en el canal televisivo BFMTV y señaló que su muerte era «una pérdida para toda Francia».
Belmondo saltó a la fama internacional en 1960 con Al final de la escapada (A bout de souffle). Trabajó con varios de los grandes directores de la «nouvelle vague» francesa, como Jean-Luc Godard, François Truffaut, Louis Malle o Claude Chabrol en los años 60.

La sirena del Mississippi, Une femme est une femme o El ladrón de París fueron algunos de sus filmes más destacados de esa época, recordó la agencia de noticias EFE.
Poco a poco se fue especializando en papeles de seductor y aventurero caradura, incluso de gánster, aprovechando su físico de exboxeador y su sonrisa contagiosa, en filmes como El Magnífico , Borsalino, El Profesional, El hombre de Río o El clan de los marselleses.
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En estas películas destacó realizando sus propias escenas de acción, sin dobles, lo que realzó aún más el espíritu aventurero.
Jean-Paul Belmondo actuó en 92 películas, incluyendo cortos y papeles menores. Su última aparición en pantalla data de 2009, en el corto Allons-y! Alonzo!.