Las personas con apego seguro tienen mayor confianza, pueden relacionarse con otros; en tanto que quienes muestran apego inseguro adolecen de habilidades sociales.
La Teoría del Apego: seguros o inseguros desde niños.
Sostiene que un fuerte vínculo emocional y físico con un cuidador principal en nuestro primeros años de vida es fundamental para nuestro desarrollo.
Si nuestro vínculo es fuerte y tenemos un apego seguro, entonces nos sentimos confiados para explorar el mundo.
Sabemos que siempre existe esa base a la que podemos regresar en cualquier momento.
La Teoría del Apego: Seguro e inseguro
Si nuestro vínculo es débil nos sentimos con apego inseguro, tenemos miedo de salir y tomar contacto con un mundo aterrador, porque no estamos confiados en que podamos regresar.
Se dice que las personas que tienen un apego seguro tienen mayor confianza, pueden relacionarse con otros y, como resultado, tienen más éxito en la vida.
Las personas con apego inseguro tienden a desconfiar de los demás, carecen de habilidades sociales y tienen problemas para forjar relaciones.
Hay un tipo de apego seguro y tres de apego inseguro: ambivalente, evitativo y desorganizado.
En respuesta a la angustia los primeros tres reaccionan organizados, mientras que el último actúa desorganizado.
La Teoría del Apego: Ejemplo ilustrativo
Para comprender mejor la teoría ofrecemos el ejemplo del Sr, y la Sra. Smith, que tienen cuatro hijos.
Son ellos Lucas, Ana, José y Amanda.
Los Smith son padres encantadores que abrazan, hacen contacto visual frecuente, hablan afectuosamente y siempre están ahí para sus hijos.
Pero un día el Sr. Smith se enferma y muere.
Para la Sra. Smith la vida se vuelve muy difícil. Ella pasa todo el día trabajando al tiempo que trata de cuidar a sus hijos.
A los seis años de edad el cerebro de Lucas está avanzado en su desarrollo, su carácter es fuerte y su visión del mundo está formada.
La nueva situación no lo afecta mucho, él sabe que siempre está mamá. Se siente con un apego seguro.
Más tarde se convierte en un joven confiado y optimista. Su propia imagen es positiva.
La Teoría del Apego: Imagen menos positiva
Ana, que tiene tres años, sufre de problemas para hacer frente a la nueva falta de atención.
Para ella su madre actúa de manera impredecible. Está ansiosa por su relación y como resultado se vuelve muy apegada.
Para llamar la atención de su madre eleva su estado emocional y grita.
Cuando su progenitora finalmente reacciona con una respuesta predecible, ella se comporta de manera ambivalente y no muestra sus verdaderos sentimientos.
Más adelante en la vida otros piensan que Ana es impredecible o malhumorada. Su autoimagen es menos positiva. Su estilo de apego es ambivalente.
La Teoría del Apego: Comportamiento evitativo
José, de dos años, pasa los días con su tío, que lo ama pero piensa que una buena educación significa ser estricto.
Si el pequeño José muestra demasiadas emociones o es bullicioso su tío su enoja y a veces es punitivo. Esto asusta a José quien aprende que para evitar el miedo debe evitar mostrar sus sentimientos.
Como adulto continúa con esta estrategia y tiene problemas para entablar relaciones. Su imagen de si mismo es bastante negativa.
Su apego es evitativo.
Persona indigna de ser amada
Amanda, que solo tiene un año, es enviada a un a guardería. El personal ahí está mal capacitado, sobrecargado de trabajo y a menudo muy estresado.
Por lo tanto Amanda se siente ansiosa con respecto de las personas en las que busca seguridad.
Hay un conflicto que desorganiza totalmente sus ideas sobre el amor y la seguridad.
Mientras experimenta miedo sin resolución, trata de evitar todas las situaciones sociales.
Como adulta ella se considera indigna de amor. Su imagen propia es muy negativa.
Su apego es desorganizado.
Primeros años fundamentales
El apego se forma en los primeros años de nuestras vidas. Un momento en el que somos demasiado jóvenes para comunicar nuestra ansiedad.
Como resultado podemos experimentar altos niveles de estrés.
Luego nuestra glándula suprarrenal, un órgano que se encuentra encima de los riñones, produce las hormonas del estrés, adrenalina y cortisol.
La frecuencia cardíaca y la presión arterial aumentan y nos podemos en alerta.
Si eso sucede con frecuencia se lama estrés tóxico, porque perjudica el desarrollo del cerebro de un niño y debilita el sistema inmune.
En embriones o a una edad muy temprana el estrés tóxico puede incluso cambiar las expresiones de los genes, lo que puede afectar nuestra salud muchas décadas después.
Simulación en experimento
Al simular una situación extraña podemos evaluar un estilo de apego ya a la edad de un año.
Al hacer esto dejamos que el niño juegue son su madre durante unos minutos dentro de una habitación. Luego se deja solo al niño.
El momento clave es la reacción del niño cuando su madre regresa.
Los niños con apego seguro primero, suelen abrazar a su madre, después pueden calmarse y volver a jugar,
Los niños con apego inseguro pueden ser ambivalentes y evitativos. Algunos no pueden dejar de llorar o se niegan a seguir jugando.
Los efectos a largo plazo de nuestro apego en los primeros años están bien documentados.
Utilizando esta teoría investigadores de la Universidad de Minnesota, en Estados Unidos, pudieron predecir ya a los tres años si un niño abandonaría la escuela secundaria con un 77 % de precisión.
En otro estudio se pidió a los alumnos de Harvard que evaluaran que tan cerca se sentían de sus padres.
Al cabo de 35 años se les preguntó sobre su salud.
El 91 % de los que dijeron que tenían una relación bastante quebrada con su madre también fueron diagnosticados con problemas de salud.
Esto incluía males de las arterias coronarias, hipertensión y alcoholismo.
Para aquellos que habían reportado una relación cálida la cifra de diagnóstico de salud deficiente fue solo del 45 %.
Comportamientos posteriores
Pero hay una razón por la cual los primeros años se merecen una atención especial. Son un punto de partida para comportamientos posteriores.
Un niño que se siente con apego seguro a los dos años puede hacer amigos en el jardín de infancia. Su cosmovisión se desarrolla con cada interacción y adquiere optimismo.
Como resultado tiene buenas relaciones en la escuela, luego en la universidad y después en el trabajo.
Los niños muy inseguros pueden perder esta oportunidad.
El psicoanalista inglés John Bowlby, pionero en la Teoría del Apego, habría dicho: «lo que no se puede comunicar a la madre no se puede comunicar al yo»,
En otras palabras aquellos que se sienten con apego inseguro pueden no entenderse bien a sí mismos.
Para saber quiénes son y qué sienten es posible que tengan que retroceder en el tiempo.
Tomado de Sprouts Español.
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