El éxito no lo vas a conseguir con mirar, con desear, con soñar. Lo consigues cuando te arriesgas, cuando te esfuerzas por tus objetivos.
El precio del éxito es el esfuerzo.
Cuando quieras obtener beneficio de algo en la vida tienes que tomar el paquete completo.
No llegará a ti envuelto en papel de regalo con un gran lazo.
El precio del éxito: Lucha por tus sueños
Las personas se acostumbran a soñar con tener todo en la vida, todo tipo de recompensas, pero sin que tengan que tomar ni un solo riesgo.
Es casi imposible el triunfo sin las pruebas porque la vida no funciona de esa manera.
Lo que funciona es que pierdas el miedo, que no dudes de tus capacidades, y que cuando encuentres algo que deseas te preguntes ¿qué estoy dispuesto a dar para obtenerlo?
Hoy en dìa queremos hacer de todo, pero que no implique gran esfuerzo.
Se quieren grandes beneficios pero sin tener que trabajar para conseguirlo.
El precio del éxito: El valor del esfuerzo
No se puede alcanzar meta alguna, al menos de manera honesta, sin hacer ningún esfuerzo.
Y resulta que la mayoría de las veces las cosas que valen la pena son las más difíciles de lograr.
La vida es tan acelerada en estos tiempos que nos hemos acostumbrado a tener poca paciencia.
Estamos dispuestos a lograr cosas y obtener objetivos como por arte de magia.
Debes de tener bien claro la importancia y el valor que tiene el esfuerzo.
Es la única manera con la cual cuentas para lograr las herramientas que te volverán capaz de afrontar retos, de aprender y crecer durante ese proceso.
El precio del éxito: No retroceder
Aprende a no retroceder cuando hay una baja, a no tomarlo como una derrota. Porque la única derrota real es no aprender de las experiencias.
Está ya establecido ponerle etiquetas a las cosas: cuando van bien las llamamos «éxito» y cuando van mal las llamamos «fracaso».
De ahora en adelante etiqueta con el nombre de «experiencia». Todo lo que te sucede en la vida es eso.
Cada uno de nosotros de acuerdo a lo que esté viviendo deberá pagar un precio para lograr sus sueños.
Tienes que aceptar el dolor cuando cometas un fallo porque los errores con parte del proceso.
El precio del éxito: El triunfo será duradero
El dolor es temporal pero el triunfo será duradero.
Una vez que superes esto será sencillo seguir avanzando hasta conseguir lo que te propongas.
Cuando te quedas en el mismo lugar sin hacer nada para salir adelante, entonces ahí si vas a pagar un precio más alto.
Claro que son muchas las exigencias. Tendrás que aprender a renunciar a tu zona de confort.
Hacer lo que tienes que hacer sin importarte las críticas. Estar preparado para afrontar el resultado de tus decisiones sea cual sea.
Hay que arriesgarse
Tienes que estar preparado para lanzarte. Depende de tu carácter, de lo que es importante para ti, de lo que quieras en la vida y qué tanto lo quieras.
El éxito no lo vas a conseguir con mirar, con desear, con soñar. Lo consigues cuando te arriesgas, cuando te esfuerzas por tus objetivos.
Si sabes que tus sueños valen la pena, no se permite regatear el precio. Ten en cuenta que tu inversión será proporcional.
Si inviertes mucho dando mucho de ti, conseguirás mucho. Pero si inviertes poco no conseguirás nada.
Si quieres lograrlo toma acción para que puedas conseguir lo que crees que está en tu destino.
Elegir qué hacer
Debes elegir lo que quieres hacer y quién quieres ser, dejando de tratar de estar en todos lados.
Si intentas ser todo, al final no serás nadie.
Enfócate en lo esencial. Opta por pocas pero mejores opciones.
Aprende a decir no, a organizar tu tiempo y tus prioridades. Céntrate en aprender y crear.
Nada será capaz de detenerte, ni siquiera cuando las cosas se compliquen.
Te diste cuenta que solo se gana cuando se lucha, cuando no te rindas, porque tienes un sueño que exige de ti todas tus fuerzas.
Es tu vida. Solo tú decides cuando dar el paso.
Tomado de El Diario de un Emprendedor.
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