El crecimiento personal comprende las actividades para tener mejor conciencia sobre el yo y la identidad con ánimo de desarrollar habilidades.
El crecimiento personal es fortaleza tanto emocional como mental.
Dicen que las cosas que más valen en la vida no necesariamente son tangibles u ostentosas. No se pueden comprar con fortunas.
El crecimiento personal es fortaleza: Yo interior
Lo más preciado es, en definitiva, lo que cultiva cada persona en su interior.
Por eso fortalecerse emocional y mentalmente, corroboramos, para afrontar el día a día tiene tanta trascendencia como lograr con éxito las metas del proyecto de vida.
«El crecimiento personal son las diversas actividades orientadas a tener mejor conciencia sobre el yo y la identidad con ánimo de desarrollar habilidades personales y relacionales».
Así se expresa el portal de información Psicología y Mente.
Todo un proceso: El crecimiento personal es fortaleza
Y no se trata de un proceso que ocurre de la noche a la mañana sino que demanda de constantes decisiones a lo largo de la vida.
Son estas las que van a definir a una persona.
«El crecimiento personal, a diferencia de la estatura, por ejemplo, no incrementa conforme se cumplen más años, ya que no es un proceso que suceda por sí solo y necesita de la voluntad del individuo para comprenderse».
De tal manera lo expone el sitio La Mente es Maravillosa.
Diferente en cada quien
El crecimiento personal es diferente para cada individuo y supone avanzar a distinto ritmo.
Psicología y Mente dice que «a veces es necesario detenerse un momento para analizar su mundo interior y exterior para comprenderlo y ver en qué punto se encuentra frente a esos factores».
Esto quiere decir que en ocasiones pueden verse afectados por diversos aspectos.
Se requiere de un cambio para poder estar bien nuevamente.
Algunos comportamientos pueden indicar que se está creciendo personalmente y que todo está en orden.
El crecimiento personal es fortaleza
«Es ser capaces de marcar distancias con aquello que hace mal», aseveran quienes disertan en La Mente es Maravillosa.
«Cuando una persona saca de su vida a alguien o algo que le hace daño es una señal de que no pretende seguir aferrado al pasado y a lo que resulta negativo para su salud mental», exponen.
Poder reconocer los errores cometidos es un comportamiento que denota madurez.
La persona da un paso para perdonarse a sí misma, aprender de su falla y no cometerla nuevamente consolidando el crecimiento.
Menos quejas
“De nada vale aspirar siempre al perfeccionismo obsesivo. Es bueno equivocarse y saber qué cosas no volver a repetir”, señalan los entendidos de este portal.
Por su parte, la Fundación 26 de Diciembre, de Madrid, España, manifiesta en su página web que mientras más se crece personalmente menos quejas se evidencian.
«Al dejar de sentirse inconforme con su vida, el sujeto reconoce lo bueno de su realidad y aprende a reaccionar ante lo que no lo es», acota esta entidad dedicada a las personas mayores LGTBIQ+.
Cuando se dejan atrás dichas inconformidades – a veces también la envidia – es posible reconocer el triunfo de otro individuo y no considerarlo como un fracaso personal.
“Aplaudir y ponerte feliz, de verdad, cuando al otro le va bien, es sinónimo de madurez”, subraya La Mente es Maravillosa.
Una de las actitudes más saludables y beneficiosos para el crecimiento personal es dejar de temer al que dirán.
Ello permite conocerse en libertad y vivir conforme con esa identidad que se forma a través de los años.
Tomado de Semana, Cosmo Millonario.
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