¿De qué manera se ha imaginado el más allá? Los muertos a dónde van. Descubre 7 versiones mitológicas del inframundo, el cielo o el infierno
Los científicos han estudiado por décadas las experiencias cercanas a la muerte, sugieren que permanecemos conscientes entre dos y veinte segundos después de que el corazón deja de latir. Pero, a dónde van los muertos.

Para los que creemos en Dios, en cualquier religión, después de la vida hay otra vida que corresponde a nuestros actos hechos mientras vivimos.
Los cristianos creemos en el Cielo. La casa paterna en la que nos espera Jesús que ha ido a prepararnos un lugar. El Cielo es nuestra plenitud: toda la bondad, la verdad y la belleza: Dios a quien, por fin, veremos cara a cara.
Ante la muerte hay, pues, dos sentimientos: temor a la muerte que es mala y deseo del Cielo que es bueno. Y, para los que creemos, todo eso en el contexto de un Dios que es Padre bondadoso que nos ama con tan grande amor que, según los criterios humanos, parece locura.
Del conocimiento de ese amor viene nuestra fe, que no es otra cosa que la confianza que le tenemos a nuestro Padre del Cielo ¡porque Él se la ha ganado!
Una estación de paso para los muertos
Los católicos, en particular, creemos en el Purgatorio, algo así como una estación de paso en la que nos ponemos limpios y guapos antes de llegar a la presencia de nuestro Padre amado que ya nos está esperando. En el Purgatorio, decimos popularmente, pagamos nuestras deudas.
Cuando oramos por nuestros difuntos lo hacemos con ese sentido de solidaridad que nos lleva a ayudarles a pagar sus deudas. A estar listos para presentarse ante Dios. Podemos decir que el Purgatorio ya es el Cielo porque los que están allí ¡ya la hicieron!: ya se salvaron.
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