Relatos del lado oscuro nos cuenta algunos casos extraños de este tema. Sincronicidades
¿Estaba usted pensando en el primo Pepe, y justo recibe una llamada? ¿Necesitaba 100 pesos urgentemente y casualmente al salir de casa los encuentra en el piso? Podrían ser «sincronicidades»
Déjeme que le platique una breve historia. En el año de nuestro señor de 1884, un pequeño yate, un
velero zarpa desde Inglaterra con destino a Australia, era una locura porque este cacharro
de unas 30 toneladas de peso realmente había sido diseñado para la navegación costera.

Muy cercana a la zona donde atracaba, no era un velero capaz de surcar las grandes distancias de los océanos ni de remontarse una feroz tormenta. A bordo se encontraban el capitán y tres tripulantes,
el asunto está en que, conforme van navegando les toca viento suave, agradable, todo muy bien hasta
que en algún punto en medio del Atlántico les toca una tormenta de aquellas que en cuestión
de un parpadeo hace añicos las velas y el barquito aquel, comienza a hundirse.
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