Jump Scare: así nos asustan las películas y las series +Videos

Jump Scare o «un susto que hace saltar»

Es una técnica utilizada en películas y videojuegos para asustar a la audiencia repentinamente

Se basa en la sorpresa y la imprevisibilidad: Una escena repentina e inesperada que aparece de la nada irrumpiendo repentinamente.

Por lo general, antes del jump scare hay una tensa calma o suspenso, lo que hace que el susto sea aún más efectivo.

Un jump scare efectivo desencadena una respuesta fisiológica en la audiencia, como un grito, un salto o un aumento del ritmo cardíaco.

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Es una técnica efectiva para asustar a la audiencia, pero su uso excesivo puede volverse predecible y repetitivo.

Cuando se usan con moderación y de manera creativa, los jump scares pueden ser una herramienta poderosa para crear experiencias emocionantes y memorables.

¡Bu! La historia de los Jump Scares

De los inicios del cine al terror moderno

El cine de terror siempre busca nuevas formas de hacernos gritar, y pocas técnicas son tan efectivas como el jump scare.

Ese momento de shock repentino, donde una imagen o sonido inesperado nos saca un grito del cuerpo, tiene una larga historia que se remonta a los inicios del séptimo arte.

Aunque cueste creerlo, los primeros jump scares no buscaban aterrorizar, sino ¡sorprender!

En 1896, los hermanos Lumière presentaron «La llegada de un tren a la estación de La Ciotat», donde la imagen del tren acercándose a la cámara causó pánico entre los espectadores.

No era terror, sino la novedad del cine la que provocaba el susto.

Con el tiempo, el jump scare se convirtió en una herramienta clave del cine de terror

«Cat People» (1942) fue pionera en el uso de la técnica jump scare, con la famosa escena del autobús que frena repentinamente, creando una sensación de amenaza invisible.

Años después, «Psicosis» (1960) de Alfred Hitchcock elevó el jump scare a la categoría de arte.

La escena de la ducha, con el grito de Janet Leigh y el montaje frenético, es un maestro ejemplo de cómo generar terror a través del montaje y la sorpresa.

Los 80s vieron el auge del slasher, con «Halloween» (1978) y «Viernes 13» (1980) popularizando el uso del jump scare con asesinos enmascarados que aparecían de la nada.

¿Quién puede olvidar la icónica escena de Jason Voorhees emergiendo del lago?

El cine de terror moderno sigue utilizando el jump scare, aunque con mayor sofisticación

«El Exorcista III» (1990) nos regaló uno de los jump scares más efectivos de la historia, con la monja que aparece repentinamente en el pasillo del hospital.

Más recientemente, películas como «Insidious» (2010) y «Expediente Warren» (2013) han demostrado que el jump scare, bien utilizado, sigue siendo una herramienta poderosa para generar terror.

Pero el jump scare no se limita al cine

Series como «The Walking Dead» lo utilizan con frecuencia para mantener la tensión y recordarnos que el peligro acecha en cada esquina.

Si bien algunos críticos consideran el jump scare como un recurso «barato», lo cierto es que, cuando se usa con maestría, puede ser una experiencia visceral e inolvidable.

Nos hace gritar, saltar del asiento y, al final, nos recuerda por qué amamos (y odiamos) el cine de terror.

Si eres algo masoquista, como cualquier amante del género de terror, mira los siguientes videos llenos de sobresaltos.

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