La vida extraterrestre ya no sorprende: ¿Qué nos pasó?

Entre la desilusión, la sobreexposición y el vertiginoso avance tecnológico.

Hace décadas, la sola mención de ovnis o vida extraterrestre generaba asombro, temor o una fascinación desmedida. 

Hoy, cuando los titulares vuelven a abordar el tema, es común que la reacción sea un encogimiento de hombros. Un «¿otra vez?», o simplemente indiferencia. 

La vida extraterrestre ya no sorprende: ¿Qué nos pasó?

¿Qué cambió? ¿Por qué la idea de seres de otros mundos ha perdido su capacidad de sorpresa?

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La respuesta es multifactorial y se teje entre la desilusión, la sobreexposición y el vertiginoso avance tecnológico.

Pasamos de creer que éramos el centro de todo, a entender que la Tierra, nuestro planeta, es apenas un granito de arena en la inmensidad interestelar. 

Siendo así, caímos de la idea de creernos la última y más preciada creación, a considerar seriamente que la vida y la inteligencia podrían existir en cualquier parte.

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La normalización de los extraterrestres

La fatiga del «cuento del lobo»

Una de las razones más evidentes es la acumulación de falsos positivos. 

A lo largo de los años, hemos sido bombardeados con avistamientos «definitivos», «pruebas irrefutables» y «filtraciones» que, al final, resultan ser montajes, identificaciones erróneas o simples engaños. 

Esta serie de hoaxes y desmentidos erosionó la credibilidad del público. 

Es el clásico «cuento del lobo»: nos gritan «¡extraterrestres!» tantas veces que, incluso si el lobo real apareciera, pocos lo creerían.

Una preparación excesiva

Paradójicamente, mientras se desmentían avistamientos, también hemos sido sometidos a una preparación cultural intensiva para la idea de la vida extraterrestre. 

Desde los gobiernos desclasificando documentos hasta científicos debatiendo públicamente la posibilidad de vida fuera de la Tierra, se ha creado un ambiente donde la existencia de alienígenas se ha vuelto una eventualidad casi aceptada, más que una revelación. 

Esta sobreexposición nos ha «desensibilizado» antes de que el gran anuncio siquiera llegue.

La vida extraterrestre ya no sorprende porque perdimos la capacidad de asombro

Y es que vivimos en una era de constantes maravillas

Internet nos conecta instantáneamente con el mundo, los hologramas son una realidad, los robots realizan tareas complejas, y la inteligencia artificial nos asombra a diario. 

Ante tal cascada de espectacularidad tecnológica y científica, nuestra capacidad de sorpresa se ha visto mermada. 

¿Qué puede impactarnos realmente cuando ya somos capaces de crear cosas que hace unas décadas eran pura fantasía? 

Hemos, en cierto modo, perdido la inocencia y la capacidad de asombro ante lo extraordinario.

La omnipresencia de los extraterrestres en la cultura popular

La idea de los extraterrestres trascendió la esfera de la ciencia y los conspiranoicos para infiltrarse masivamente en la cultura popular. 

Películas de Hollywood, series de televisión, videojuegos, libros y cómics nos presentan un sinfín de escenarios y tipos de vida alienígena. 

Desde el amigable E. T. hasta los terroríficos xenomorfos, ya tenemos una imagen mental preconcebida de cómo podrían ser. 

Esta familiaridad, aunque ficticia, hace que una noticia real sobre extraterrestres se sienta menos novedosa y más como algo que ya hemos visto antes.

La evolución tecnológica y la cotidianidad espacial

Finalmente, el propio avance de la tecnología ha jugado un papel crucial. 

Hoy en día, los viajes espaciales, las misiones a Marte y la exploración de exoplanetas son temas recurrentes en las noticias. 

Telescopios como el James Webb nos muestran imágenes del universo que hace poco eran inimaginables. 

Esto ha hecho que la idea de otros mundos habitados parezca menos lejana y más probable. 

De hecho, si una persona de hace 30 o 40 años viera nuestra tecnología actual, bien podría pensar que somos «extraterrestres» para ellos. 

La vida extraterrestre ya no sorprende porque la ciencia ficción se convierte en ciencia, y lo extraordinario se normaliza.

En resumen, la falta de sorpresa ante las noticias de extraterrestres es el resultado de una mezcla de desengaño, preparación cultural, saturación mediática y un avance tecnológico que ha redefinido nuestra percepción de lo posible. 

Quizás, para volver a sorprendernos, necesitemos algo verdaderamente inesperado, o tal vez, simplemente hemos llegado a un punto donde la existencia de vida más allá de la Tierra es, sencillamente, el siguiente paso lógico en nuestra comprensión del universo.

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