Sus crímenes se hicieron célebres por el papel de Christie en el asesinato de Timothy Evans, un caso que llevó a una gran polémica
John Reginald Halliday Christie fue un asesino en serie británico que cometió una serie de brutales crímenes en su domicilio de 10 Rillington Place, en Notting Hill, Londres.
John Christie, que trabajaba como empleado de correos, vivía con su esposa Ethel en la planta baja del número 10 de Rillington Place. Desde la década de 1940 hasta 1953, Christie mató al menos ocho mujeres, incluyendo a su propia esposa, estrangulándolas y escondiendo sus cuerpos en diferentes partes de su casa y jardín.
- El hallazgo: En marzo de 1953, después de que Christie se mudara de la casa, un nuevo inquilino descubrió los cuerpos de tres mujeres escondidos en una alacena detrás de una pared falsa de la cocina. La policía, al excavar en el jardín, encontró los restos de otras dos mujeres más. Así, más tarde se descubrirían los cuerpos de su esposa y de otras dos víctimas.

El Caso de Timothy Evans
El caso se entrelazó con el de Timothy Evans, un hombre que vivió en un apartamento del segundo piso en la misma casa en 1949. Así, lo ejecutaron por el asesinato de su esposa, Beryl, y su hija pequeña, Geraldine. Durante su juicio, Evans había acusado a Christie del asesinato, pero la policía no le creyó y el jurado lo condenó basándose en el testimonio de Christie, que se presentó como testigo clave en su contra.
Tras el descubrimiento de los cuerpos en la casa de Christie, quedó claro que Evans era inocente. El caso de Evans lo reexaminaron, concediéndole un indulto póstumo en 1966, y ayudó a impulsar el debate que finalmente llevó a la abolición de la pena de muerte en el país.
Captura y Ejecución
Finalmente, John Christie es descubierto y juzgado por sus crímenes. Lo declararon culpable del asesinato de su esposa, Ethel, y sentenciado a muerte. El 15 de julio de 1953 lo ahorcaron en la prisión de Pentonville.
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