Así fueron las muertes de McDonald’s de San Isidro, California, cerca de Tijuana en 1984
El 18 de julio de 1984, ninguna de las personas que estaban en el McDonald’s de San Ysidro, California, pensaron que sería un día trágico. Esa tarde ingresó al local un hombre armado y asesinó a 21 personas, además de herir a otras 19.
La Masacre del McDonald’s de San Ysidro fue un trágico suceso de asesinato en masa que conmocionó a los Estados Unidos y se convirtió, en su momento, en el tiroteo masivo más mortífero perpetrado por un solo atacante en la historia del país.
El Perpetrador y sus Armas
- James Oliver Huberty era un ex guardia de seguridad con un historial de problemas de salud mental y comportamientos antisociales.
- Poco antes del ataque, Huberty había perdido su trabajo y supuestamente llamó a una clínica de salud mental sin recibir respuesta.
- Dejó su casa diciéndole a su esposa: «Voy a cazar… a cazar humanos».
- Huberty estaba armado con múltiples armas de fuego que había adquirido legalmente, incluyendo:
- Una carabina Uzi de 9 mm
- Una pistola Browning Hi-Power de 9 mm
- Una escopeta Winchester 1200 de calibre 12
Desarrollo de la Masacre
1-Inicio del ataque: Huberty entró al concurrido restaurante McDonald’s y comenzó a disparar indiscriminadamente contra clientes y empleados. Un oficial describió la escena como una «ejecución masiva».
2-Actitud del atacante: Los sobrevivientes describieron que Huberty actuaba de manera tranquila mientras disparaba a hombres, mujeres, niños e incluso un bebé de 8 meses. Disparó a algunas víctimas múltiples veces.
3-Respuesta Policial: La policía inicialmente se mostró cautelosa, rodeando el edificio y asumiendo que podría haber varios atacantes o rehenes. Un empleado logró escapar por el sótano e informó al equipo SWAT (Armas y Tácticas Especiales) que Huberty estaba solo y sin rehenes vivos.
4-Fin del asalto: Aproximadamente 77 minutos después de que comenzó el tiroteo, un francotirador del SWAT, Chuck Foster, disparó un tiro certero en el pecho de Huberty desde un tejado adyacente, matándolo instantáneamente.
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