Se produce cuando el material blando del interior de un disco intervertebral se desplaza y presiona los nervios cercanos
Una hernia de disco (o hernia discal) es una afección específica que ocurre en la columna vertebral y es una de las causas más comunes de dolor de espalda, cuello y ciática.
Anatomía de la Hernia Discal
Para entender una hernia de disco, es clave entender su estructura:
El Disco Intervertebral
Los discos son estructuras amortiguadoras situadas entre las vértebras (huesos de la columna) que actúan como «amortiguadores». Así, cada disco tiene dos partes principales:
1-Núcleo Pulposo: Primero, el centro blando, gelatinoso y gomoso (alto contenido de agua).
2-Anillo Fibroso: Segundo, la capa exterior dura y fibrosa que mantiene el núcleo pulposo en su lugar.

¿Qué es la Hernia?
Una hernia de disco ocurre cuando el anillo fibroso se rompe o se fisura, permitiendo que parte del núcleo pulposo se salga o se protruya hacia el exterior (similar a la mermelada que se sale de un dónut). Así, este material desplazado puede presionar los nervios espinales adyacentes o la médula espinal.
Causas y Síntomas
Causas Comunes
- Desgaste y Envejecimiento: Es la causa más común. Con la edad, los discos pierden agua, se vuelven menos flexibles y son más propensos a romperse.
- Lesiones: Levantar objetos pesados de forma incorrecta, realizar movimientos bruscos, caídas o traumas.
Síntomas Típicos
Los síntomas dependen de la ubicación de la hernia (las más comunes son en la región lumbar y cervical)
Tratamiento
La buena noticia es que la mayoría de las hernias de disco se curan solas con tratamiento conservador.
1-Tratamiento Conservador (Inicial):
- Reposo Relativo: Evitar actividades que agraven el dolor.
- Medicamentos: Antiinflamatorios no esteroideos (AINE) o relajantes musculares.
- Fisioterapia: Ejercicios para fortalecer los músculos de soporte (núcleo o core) y estiramiento.
- Inyecciones: Inyecciones de esteroides epidurales para reducir la inflamación y el dolor.
2-Tratamiento Quirúrgico (Si es necesario):
- La cirugía (como la discectomía) se reserva para los casos en que el dolor es incapacitante, el tratamiento conservador falla, o si hay una pérdida progresiva de la función nerviosa (debilidad extrema o el síndrome de la cola de caballo).
¿Te gustó el artículo? Como sabes, tenemos mucho más para ti. Únete a Curadas haciendo clic en este enlace