Medusa… la mujer cuya mirada podía convertir en piedra a cualquiera. Antes de ser un monstruo, fue una víctima de los dioses
En este video descubrirás la verdad oculta detrás de su maldición: tragedia, misterio y poder antiguo. El origen de Medusa.
El origen de Medusa
Desde tiempos inmemoriales, la figura de Medusa ha despertado fascinación y temor en igual medida. Su imagen, inmortalizada en esculturas, pinturas y relatos, muestra a una mujer con una cabellera de serpientes, cuya mirada puede convertir a los hombres en piedra, Medusa.
Pero, ¿quién era realmente este ser de mirada mortal? Fue siempre la bestia escamosa de la que huyeron los ejércitos o su historia oculta una víctima en el ojo de la tormenta divina. Para entender como una sacerdotisa devota se convirtió en leyenda, debemos retroceder en el tiempo hasta el día en que los dioses decidieron jugar con su destino.
En sus orígenes más antiguos, antes de que el mito se solidificara, Medusa no era un monstruo, era una sacerdotisa, una joven de una belleza tan deslumbrante que rivalizaba con la mismísima diosa, Atenea Servía. En el templo de la diosa de la sabiduría, consagrada a una vida de pureza. Su cabellera se decía, era su orgullo, una cascada de oscura seda que enamoraba a quien la mirara.
Pero en el Olimpo, la belleza mortal es un imán para la tragedia y la mirada de los dioses es a veces un rayo. Y fue la mirada del dios más tempestuoso e impredecible de todos, el soberano de los mares, la que se posó sobre ella, Poseidón. Hermano de Zeus, gobernante de todos los océanos, un tsunami que arrasaba con todo a su paso.
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