Los casos de la variante de influenza A H3N2, subclado K, también conocida como la supergripe, han ido en aumento en distintas partes del mundo, lo que ha encendido las alertas de los sistemas sanitarios internacionales, incluida la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Las regiones donde esta ola de contagios presenta mayor incidencia son Europa y Asia. No obstante, también se han registrado casos en Oceanía y América del Norte, aunque hasta el momento con menor impacto en comparación con otros continentes.
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¿En qué países se presenta la supergripe?
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) emitió una nota informativa para actualizar a los países sobre el incremento en la circulación del virus de influenza A(H3N2), subclado K (J.2.4.1), en diversas regiones del mundo, y reiteró el llamado a fortalecer la vigilancia epidemiológica y promover la vacunación, especialmente entre adultos mayores y personas con factores de riesgo.
Países con presencia del virus:
Estados Unidos
Canadá
México
Nueva Zelanda
Fiji
Chile
Perú
Inglaterra
Bolivia
España
Francia
Italia
Alemania
Japón
Corea del Sur
Bangladesh
Sri Lanka
¿Qué es H3N2 subclado K?
La influenza A (H3N2) subclado K es una variación genética esperada del virus de la gripe. Sus síntomas y mecanismos de transmisión son similares a los de la influenza estacional. La principal medida de protección continúa siendo la vacunación anual, así como el mantenimiento de medidas básicas de higiene.
¿Qué síntomas tiene la influenza H3N2?
Los síntomas de la influenza H3N2 son similares a los del resfriado común e incluyen:
Fiebre alta, generalmente superior a los 38 °C
Tos seca y persistente
Dolor de garganta
Dolores musculares y articulares intensos
Cansancio extremo o fatiga
Dolor de cabeza
En algunos casos, especialmente en niños, náuseas y/o vómitos
Especialistas advierten que cuando el virus H3N2 predomina durante la temporada invernal, los brotes suelen ser más severos. Por ello, recomiendan no desatender a las personas que presenten síntomas, particularmente a infantes, adultos mayores y quienes padecen alguna comorbilidad, como enfermedades respiratorias crónicas, cardiopatías, diabetes, trastornos metabólicos, renales o hepáticos, enfermedades neurológicas, trastornos sanguíneos o sistemas inmunitarios debilitados.
Con información de Nmas.com.mex y OPS