Australia autorizó el jueves el desalojo forzoso de residentes de los incendios más devastados del país, como Nueva Gales del Sur. Los servicios meteorológicos advierten sobre un nuevo pico de calor el sábado. La jefa del gobierno del estado de Nueva Gales del Sur, Gladys Berejiklian, ha declarado un estado de emergencia de siete días para permitir que las personas sean evacuadas el viernes.
Desde el comienzo de la temporada de incendios en septiembre, esta es la tercera vez que se declara un estado de emergencia en Nueva Gales del Sur, el estado más poblado de Australia. “Se toman todas las medidas necesarias para prepararse para lo que puede ser un sábado horrible», explicó Gladys Berejiklian.
La declaración se produjo poco después de que los bomberos de Nueva Gales del Sur pidieran a los turistas que abandonaran una zona costera de 200 kilómetros que abarca la ciudad de Batemans Bay (a unos 300 kilómetros al sur de Sydney) y se extiende al sur del estado de Victoria.
Varios incendios incontrolados devastaron el sureste del país en la víspera de Año Nuevo, matando a ocho personas. Fue el día con el mayor número de muertes desde el comienzo de la crisis. Desde septiembre, los incendios en Australia han matado al menos a 18 personas, pero el equilibrio podría aumentar, ya que las autoridades de Victoria advirtieron hoy que hay 17 personas desaparecidas en ese estado.
Las autoridades solicitan a las personas que abandonen las áreas designadas antes del sábado, un día en que se esperan fuertes ráfagas de viento y temperaturas superiores a 40 ° C.
La evacuación del área no turística será «la más grande en la región», dijo el ministro de Transporte de Nueva Gales del Sur, Andrew Constance. Una larga fila de autos se estaba formando en la autopista hacia Sydney. Un conductor dijo que tomó más de tres horas cubrir solo 50 kilómetros.
El subjefe de bomberos Rob Rogers admitió que es imposible en este momento apagar o incluso controlar los incendios en curso en el estado. «Solo asegúrate de que nadie más pase frente a los fuegos». Más de 400 casas han sido destruidas en los últimos días, una cifra que se espera que aumente a medida que los bomberos lleguen a las aldeas más remotas.
Redacción Curadas.
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