Los ingenieros de la misión confirmaron que el Spitzer se colocó en modo seguro, cesando todas las operaciones científicas
Al confirmarse el desmantelamiento, el gerente del proyecto Spitzer, Joseph Hunt, declaró que la misión había terminado oficialmente.
Fue lanzado el 25 de agosto del 2003 y estuvo más de 16 años analizando el universo, aunque su vida operativa había sido establecida, inicialmente, en solo dos años y medio.
Aunque no era el primero de esta clase, sí era el telescopio infrarrojo más sensible en el momento de su lanzamiento.
«Ofreció una visión más profunda y de mayor alcance del cosmos infrarrojo que sus antecesores», estima el sitio web de la agencia. Añade que pudo detectar algunas longitudes de onda que no se pueden observar desde el suelo, debido a los efectos ópticos de la atmósfera de la Tierra.
Entre los hallazgos que se deben a Spitzer, la detección del sistema TRAPPIST-1, con siete planetas del tamaño terrestre orbitando una sola estrella, a 40 años luz de la Tierra, destaca como su trabajo más conocido. No solo detectó esa familia de exoplanetas, sino que permitió determinar sus masas y densidades, algo que demandó más de mil horas de trabajo solo con ese sistema.
«Spitzer nos ha enseñado aspectos completamente nuevos del espacio y nos hizo avanzar en la comprensión de cómo funciona el universo, respondiendo cuestiones sobre nuestros orígenes y si estamos o no solos», valoró el administrador asociado de la Dirección de Misiones Científicas de la NASA, Thomas Zurbuchen, en una ceremonia de despedida del satélite.
Muchas imágenes del espacio, más allá del sistema solar, han sido obtenidas al combinar fotografías tomadas por varios telescopios en distintos rangos de luz. Los datos de Spitzer normalmente están representados con matices entre rojizo y rojo. Así es la imagen de la nebulosa Caracol en la constelación de Acuario, que se encuentra a una distancia de 650 años luz.
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