Un escarabajo acuático es capaz de atravesar el sistema digestivo de varias especies de ranas antes de ser digerido
La mayor parte de los animales sobrevive a base de esconderse, de evitar a los depredadores o gracias a sustancias tóxicas u otras defensas que les conviertan en un bocado poco apetecible. Pero unos pocos animales tienen otro as en la manga: sobreviven incluso después de ser engullidos, como Jonás en el vientre de la ballena.
Esta semana, un equipo de investigadores de la Universidad de Kobe, en Japón, ha documentado por primera vez uno de los ejemplos más espectaculares de este tipo de comportamiento. En un estudio que han publicado en « Current Biology», han mostrado cómo el escarabajo acuático Regimbartia attenuata puede escapar de la cloaca de la rana Pelophylax nigromaculatus, que vive en algunas zonas de China, Rusia, Corea y Japón.
La novedad es que, a diferencia de otros casos, en los que los animales escapan pasivamente, sin moverse, a través de las heces de los depredadores, este escarabajo se libera activamente, es decir, moviéndose. Además, lo hace apenas instantes después de ser engullido, para desgracia del anuro.
Pero todavía hay más. Tal como han sugerido los investigadores, dirigidos por Sugiura Shinji, el escarabajo probablemente promueve su propia excreción, facilitando la apertura de la cloaca de la rana, sin que ella pueda evitarlo.
Vivitos y coleando
A diferencia de otros animales, muchas ranas no matan a sus presas cuando las engullen, porque carecen de dientes. Por eso, dependen de los fluidos de su sistema digestivo para matar a sus presas. Esto implica que para muchas de ellas los últimos momentos de su vida son dignos de una pesadilla.
El profesor Sugiura Shinji decidió investigar si los insectos se defienden de este aciago destino. Por este motivo, estudió en el laboratorio la respuesta del escarabajo R. attenuata y la rana P. nigromaculatus.
Tal como comprobó, en condiciones controladas todos los escarabajos fueron tragados fácilmente por las ranas. Sin embargo, el 93,3% de ellos se liberaron, en un tiempo que fue de las 0,1 a las 3,5 horas. Y todos ellos salieron «vivitos y coleando».
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