«Debemos levantarnos a favor de todas las mujeres, niños y hombres de Afganistán.», dijo Zarifa Ghafari, un icono en la lucha por el reconocimiento de los derechos de la mujer en su país.
Con protestas públicas, exigen a los insurgentes ser incluidas en el Gobierno que está por formarse o su derecho a seguir trabajando.
En su primera rueda de prensa, ofrecida este martes, declararon una «amnistía general», el fin de los narcóticos y que las mujeres podrán trabajar «en el marco del Islam».
El jefe de la diplomacia europea dijo que “la cooperación con cualquier futuro gobierno afgano estará condicionada a un acuerdo pacífico e inclusivo y al respeto de los derechos fundamentales de todos los afganos”, incluidos mujeres, jóvenes y minorías.
«Utilicen todas las herramientas a su disposición para suprimir la amenaza terrorista global en Afganistán y garantizar que se respeten los derechos humanos básicos», pidió el secretario general de la ONU.
«Todos, y por eso también asumo mi responsabilidad, evaluamos erróneamente la situación», reconoció la canciller Angela Merkel.
Kabul comenzó una nueva era tras la caída del país en manos de los talibanes, que este lunes patrullaban una ciudad sin mujeres a la vista.