El presidente Hugo Chávez estaba en una exposición iraní en el Círculo Militar, en 2005, cuando vio las bicicletas. Como un niño que pide con desesperación algo que le gusta, preguntó varias veces cuándo comenzaría la producción nacional de esos vehículos. Después de su insistencia, Edmée Betancourt, ministra de Industrias Ligeras y Comercio, le dijo que había que elaborar un proyecto completo. “Hay que hacer el plan rápido”, pidió el mandatario.
En junio de 2008 se cumplió el deseo presidencial. Durante un programa Aló, Presidente se inauguró la Fábrica Nacional de Bicicletas, en la Zona Industrial de Tinaquillo, estado Cojedes, que en esa primera etapa tenía 50% de capacidad de producción. Chávez probó una de esas “atómicas”, como las llamaron en referencia a las críticas por los negocios con Irán. “La capacidad máxima instalada es de 100.000 bicicletas al año, no es cualquier tontería”, dijo y añadió que eso representaría 32% de la producción nacional.
Para lograrlo, se invirtieron 2 millones de dólares: Irán aportó 987.441 dólares, y Venezuela, 1 millón de dólares. Pero, pese a esas cifras, no se ha cumplido la meta. Al cierre de 2010 sólo se produjeron 3.200 atómicas.
En 2011 lograron ensamblar 1.600 bicicletas anuales, distribuidas en ferias ministeriales. Recientemente, se informó que revisarán las importaciones de materia prima para incrementar la producción.
REVISTA CLIMAX