Mares cristalinos, prados verdes interminables, cielos estrellados completamente despejados, además de una fauna y flora extremadamente variada; se entremezclan para dar forma a un paraje lleno de belleza natural en Belice.
Belice es uno de los pocos países que todavía conservan sus paisajes naturales casi intactos. Por lo que, cada rincón se convierte en un santuario natural que invade a la vista y te invita a explorarlo. Majestuosas reservas naturales y antiguas ruinas mayas, le dan la bienvenida a todo aquel que ame explorar, realizar actividades extremas al aire libre o simplemente que busque darse una escapada de la ajetreada urbe citadina que constantemente nos rodea, para intercambiarlo por parajes casi idílicos.
Desde el primer momento que llegas a Belice no puedes dejar de notar la riqueza en cuanto a diversidad cultural con la que cuenta el país y que se hace notar en cada rincón que visitas, pues se trata de un lugar cuya población totalmente mestiza varía entre una mezcla de raíces europeas, africanas, indígenas y asiáticas; haciéndolo hogar de mayas, garífunas, chinos, libaneses y menonitas descendientes de alemanes; mismos que han dejado su huella tanto en el lenguaje y construcciones, así como en el estilo de vida que actualmente llevan los locales.
En Belice, cada paseo se convierte en una aventura extrema en un reino natural con historia oculta que se desvela al momento de visitar alguno de sus puntos turísticos más icónicos, y que bien valen la pena visitar para descubrir cada experiencia que estos puntos ofrecen.
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