La risa reduce el estrés, baja la presión arterial, calma el dolor, oxigena la sangre y fortalece el sistema inmunológico. Así que vamos, ríete.
Dos cazadores van por el bosque y uno de ellos sufre un colapso. Parece que no respira y sus ojos están vidriosos. El otro tipo saca el teléfono y llama al servicio de urgencias. Dice con voz entrecortada, «¡Mi amigo está muerto! ¿Qué puedo hacer?» La operadora contesta: «Cálmese, le ayudaré. En primer lugar, asegúrese que está muerto». Se hace un gran silencio, entonces se oye un disparo. De vuelta al teléfono, el tipo dice, «De acuerdo, operadora, y ahora, ¿qué?».
Este es uno de los chistes más famosos del mundo y si te has reído al leerlo, le has dado a tu sistema inmunológico un gran empujón. Al parecer la risa es la mejor medicina y contamos con una buena cantidad de estudios científicos que lo prueban.
Si alguna vez te has quedado atrapado en un ascensor y alguien ha hecho un comentario divertido, habrás comprobado que nada alivia mejor la tensión que la risa. Tanto física como psicológicamente, la risa actúa como una válvula de seguridad para descargar la tensión nerviosa.
Una buena idea:
Sonríe más y serás más feliz. Algunos estudios sobre la actividad cerebral han demostrado que al sonreír, el cerebro segrega automáticamente las sustancias químicas de la felicidad. Así que sonreír una vez hace que quieras sonreír más. Y desde luego sonreír supone el mismo esfuerzo muscular que fruncir el ceño.
Que dice la ciencia
Los investigadores han demostrado que la risa reduce los niveles de las hormonas del estrés, cortisona y adrenalina, y aumenta el número de glóbulos blancos del cuerpo, capaces de combatir las enfermedades. Durante la risa, el ritmo cardíaco se acelera y la tensión arterial sube. Después, tanto las pulsaciones como la tensión arterial descienden. También se cree que la risa puede haberse desarrollado como una manera de ayudarnos a conectar con nuestros congéneres, y así ser capaces de resolver conflictos. Tal y como lo explica Alan Alda, «Cuando las personas se ríen, normalmente no están a punto de matarse».
Los médicos están empezando a darse cuenta de lo importante que es la risa para nuestra salud y están comenzando a tomarse los chistes en serio. En los sesenta, el galardonado escritor Norman Cousin consagró todos sus esfuerzos a recuperarse de una enfermedad de los tejidos conectivos irreversible e incapacitante siguiendo un régimen que incluía, entre otras terapias, reírse gracias a ver películas de los Hermanos Marxs todos los días. El libro sobre esta experiencia fue todo un éxito internacional de ventas.
«La risa es un tranquilizante sin efectos secundarios»
Arnold H. Glasgow. Psicólogo
Beneficios de la risa
La risa también puede mejorar tu estado de forma física. Ríete a carcajadas y conseguirás mover cuatrocientos músculos de tu cuerpo: es como hacer aeróbicos internos. Libera las mismas endorfinas y químicos del placer en el cerebro que el ejercicio, los cuales inducen una sensación de bienestar y relajación. Si pudieras estar riéndote a carcajadas durante una hora, llegarías a quemar quinientas calorías.
El problema es que a medida que pasan los años, más difícil resulta hacernos reír. A los cuatro años nos reímos unas cuatrocientas veces al día. A los treinta bajamos a quince. Un niño pequeño no necesita la sátira política para dibujar una sonrisa. Se reirá con cualquier ruido que se asemeje al sonido del viento al pasar. O más simple aún, junta a tres niños, espera a que uno de ellos diga «pipi» y verás como se caen al suelo muertos de risa. ¿En qué momento perdemos la capacidad de reír?
Ríe más
Decidir reírse más veces al día suena como una forma simple de vivir más, pero del dicho al hecho hay mucho trecho. No puedes forzar la risa, pero puedes pulir un mal sentido del humor gracias a usarla con más frecuencia. Si tienes la costumbre de ver los canales de noticias, hazte con algunos DVD’s de películas de risa o una colección de videos de los Simpsons. Intercambia chistes por correo electrónico. Rodéate de niños pequeños.
Para empezar, aquí tienes un chiste.
Sherlock Holmes y el Dr. Watson se van de camping. Montan su tienda bajo las estrellas y se van a dormir. En un momento determinado a lo largo de la noche, Holmes despierta a Watson. «Watson, mira las estrellas y dime que te parece.» Watson le contesta, «Veo millones de estrellas y aunque sólo unas pocas de ellas tengan planetas, es bastante probable que hayan planetas como la Tierra, y si hay pocos planetas como la Tierra ahí fuera, también debe haber vida». Holmes responde «¡Watson, eres idiota, alguien nos ha robado la tienda!».
«Una sonrisa vale por dos pastillas»
Freddie Frankl, psiquiatra
Tomado de: Sally Brown. Vive más y Mejor. Técnicas anti-ageing para conservar la salud y la juventud, de la colección 52 Ideas Brillantes de la Editorial Nowtilus, Madrid 2005
5
3.5