No necesitas convertirte en un radical para evitar envejecer, sólo tienes que ayudar a tu cuerpo a hacer su trabajo.
Envejecer no es un proceso sencillo. Unas de las grandes paradojas es que el mismo elemento que nos da vida, el oxígeno, también es el que más no envejece. Pero podemos combatirlo.
Cuando pones gasolina en tu coche, creas energía y también emisiones de gases nocivas. En el cuerpo ocurre algo parecido. Cuando respiras, el oxígeno entra en el torrente sanguíneo y se combina con las grasas y los hidratos de carbono para crear la energía que las células del cuerpo necesitan para funcionar. Pero durante este proceso se crea un subproducto, una molécula inestable llamada radical libre o oxidante capaz de recorrer tu organismo bombardeando las células de tu cuerpo para robarle electrones y hacerse «estable».
De acuerdo con un cálculo, los radicales libres atacan cada célula hasta unas diez mil veces al día. Si tienen éxito al enfrentarse al ADN, almacenado en el núcleo de las células, `pueden causar cáncer. En el caso de la mitocondria, o la fábrica de energía de las células, pueden conseguir que dejen de funcionar eficientemente. Y, como la mitocondria suministra energía a todos los órganos y sistemas del cuerpo, el resultado se traduce en el envejecimiento del cuerpo.
Hace sólo dos décadas que empezamos a entender verdaderamente el papel que juegan los radicales libres en el proceso de envejecimiento. Se piensa que el daño producido por los radicales libres está detrás del Alzheimer, el cáncer, las enfermedades del corazón y la inflamación de las articulaciones, así como de las arrugas y de las manchas de la vejez. De hecho, la velocidad a la que se envejece está directamente relacionada con la capacidad que tiene el organismo para desactivar los radicales del oxígeno. Esto explica por qué las palomas viven treinta y cinco años, dos veces más que las ratas, animales que tienen más o menos el mismo tamaño: por la misma cantidad de oxígeno consumido, las palomas producen sólo la mitad de radicales libres que las ratas. Algunos expertos creen que potenciando las defensas contra los radicales libres, se pueden alargar los años de vida.
Afortunadamente, la mayoría de los radicales libres son neutralizados por un ejército de tipos buenos llamados antioxidantes. Es como una casa que siempre se está ensuciando y a los antioxidantes corresponde tenerla siempre en buenas condiciones. La mejor manera de retrasar el envejecimiento es ayudando a tu cuerpo a estar siempre al día con sus tareas domésticas. A continuación te explico cómo.
Una buena Idea…
He aquí una manera sencilla de ver cómo actúan los radicales libres. Parte una manzana por la mitad. Pon unas gotas de zumo de limón sobre una de las mitades y déjalas a la intemperie un par de horas. Al regresar, verás que una se ha puesto de color marrón y la otra sigue blanca. El color marrón es indicativo del proceso de oxidación en curso. Pero el zumo de limón (que contiene niveles elevados de vitamina C, un antioxidante) sobre la fruta cortada retrasa el proceso que la pone marrón (el proceso de oxidación). Ahora imagina lo que esa misma vitamina puede hacer en tu cuerpo.
Defensas a punto con los Antioxidantes
¿Cuál es la manera más sencilla de hacerlo? ¡Come más frutas y verduras! Están llenos de antioxidantes. Esta es la razón por la cual los expertos en nutrición se pasan todo el día repitiéndonos que tomemos cinco raciones al día. Intenta tomar frutas y verduras de colores diferentes a diario y consume productos locales y de temporada. Las frutas y las verduras recién recolectadas son las que contienen más nutrientes (los productos importados pueden tardar de un mes a un año en llegar a su destino). La producción propia es lo más recomendable, pero acudir al mercado de abastos o recurrir al reparto a domicilio de los productos de una explotación cercana también son buenas ideas. Revisa las etiquetas en el supermercado para saber el origen de los productos y compra alimentos de producción local.
Otra idea más…
Reducir el consumo de calorías también contribuye a disminuir el número de radicales libres que se forman.
En guardia contra los Radicales Libres
Y para ello lo mejor es dejar de fumar, ya que fumar inunda el cuerpo con millones de radicales libres. Los radicales libres de los cigarrillos hacen que la grasa en la sangre se oxide y que se formen placas en las paredes de las arterias. Esta es la razón por la cual los fumadores tienen un riesgo elevado de padecer enfermedades del corazón.
Evita la exposición al Sol
La exposición a la luz ultravioleta inunda la piel de radicales libres y causa entre el ochenta y noventa por ciento del envejecimiento.
La frase…
«Opino que la vida es mejor que la muerte, aunque sólo sea porque es menos aburrida y porque se puede disfrutar del sabor de los melocotones»
Alice Walter, escritora
Has ejercicio regularmente
Aunque sin pasarse. Buenas noticias para aquellos que detestan las sesiones de ejercicios extenuantes. El ejercicio intenso requiere mayores cantidades de oxígeno y libera grandes cantidades de radicales libres como subproducto. El cuerpo no puede deshacerse de los radicales libres con la suficiente rapidez y pueden producirse daños, que es el motivo por el que los atletas pueden tener sus sistemas inmunológicos deprimidos. Pero esto no nos da carta blanca para estar tumbados en el sofá todo el día: el ejercicio moderado estimula la producción de enzimas antioxidantes del organismo y retrasa el proceso de envejecimiento. Al menos proponte un mínimo de treinta minutos diarios de marcha ligera.
Tomado de: «La Batalla contra los Radicales Libres» por: Sally Brown. En: Vive más y Mejor. Técnicas anti-ageing para conservar la salud y la juventud, de la colección 52 Ideas Brillantes de la Editorial Nowtilus, Madrid 2005.
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