La Vitamina C: Una sustancia digna de todos los agradecimientos (Parte II)

Son diversas las funciones que la Vitamina C ejerce en el organismo humano:

La Vitamina C desempeña un papel muy importante en los fenómenos de la respiración de las células y de los tejidos.

El ácido ascórbico tiene una función antitóxica. Protege al organismo contra ciertos venenos de origen medicamentoso o microbiano.

Tiene acción antiinfecciosa. Efectivamente, en los casos de deficiencia de vitamina C, son comunes las infecciones, especialmente las del aparato respiratorio: resfriados, gripe, bronquitis, etc.

Influye en la formación de la sustancia intercelular. Las células que forman el cuerpo humano están unidas entre sí por una sustancia especial, llamada sustancia intercelular.

Como los ladrillos de una pared se unen unos a otros por medio de la argamasa, así también las células del cuerpo humano están ligadas unas a otras por esta «argamasa» especial, o sea la sustancia intercelular.

También interviene en la formación de esta sustancia, especialmente en los huesos y en los cartílagos, donde parece que se relaciona con el calcio. Por eso, en el escorbuto, al faltar esta vitamina, aparecen perturbaciones en los huesos: dolores óseos, factura de difícil consolidación, etc. Parece que este también es el mecanismo por el cual se provocan hemorragias.

Juntamente con la vitamina P, el ácido ascórbico controla la permeabilidad de la pared de los vasos sanguíneos. Al faltar una u otra de estas dos vitaminas, disminuye mucho la resistencia de la pared de los pequeños vasos, fácilmente se rompen y sobrevienen hemorragias profusas.

La vitamina C tiene parte igualmente en la formación de la sangre. Hay anemias cuya causa está unida a la carencia de ácido ascórbico, porque los enfermos se mejoran cuando en el tratamiento reciben este factor vitamínico.

Ahora bien, uno de los síntomas del escorbuto es justamente la anemia. Sin embargo, aún no se sabe cuál es el mecanismo por el cual la vitamina C interviene en la formación de los glóbulos rojos de la sangre.

Además, esta vitamina tiene la propiedad de influir sobre ciertas hormonas del organismo. La adrenalina y la colina, etc., se vuelven más activas en presencia de la vitamina C.

El ácido ascórbico no se deposita en grandes cantidades en el cuerpo humano, de manera que es muy necesario que la alimentación contenga diariamente una buena cantidad de este elemento alimenticio.

Es sintetizada por los vegetales. La clorofila la prepara especialmente bajo la acción de los rayos solares.

Las semillas de los cereales, las leguminosas, etc., en general poseen ácido ascórbico en muy pequeña proporción. Sin embargo, cuando comienzan a germinar, esta proporción aumenta considerablemente.

En las plantas, el ácido ascórbico se presenta en estado de pureza y también formando parte de un compuesto provitamínico, del que luego se forma ácido ascórbico.

En el organismo humano, la vitamina C se mezcla con los otros alimentos, y después es absorbida y va a depositarse en ciertos órganos. Dichos órganos, en orden decreciente según su contenido de vitamina C, son los siguientes: Glándulas suprarrenales, cuerpo amarillo del ovario, cerebro, páncreas, bazo, riñones, corazón, etc.

La vitamina C sólo se almacena en el organismo en muy pequeñas cantidades. Por lo tanto, es de suma importancia que se asegure el consumo diario de alimentos ricos en esta vitamina.

Al haber deficiencia, la persona podrá trabajar, pero con dificultad ejecutará su diaria tarea. En cambio, al recibir una cantidad grande de ácido ascórbico, aparecerá la sensación de bienestar y la disposición para realizar los trabajos con eficiencia.

Fuentes naturales

Las principales fuentes son las frutas cítricas: Toronjas, Naranjas, Limón, Mandarina, etc. Una naranja, toronja, o limón de tamaño mediano, en general proporciona la cantidad diaria que necesita una persona adulta. Siendo las mandarinas más pequeñas que la naranja o la toronja, se necesitan dos o tres según el tamaño, para proporcionar la cantidad necesaria.

Entre las verduras, el pimiento es la mejor fuente de vitamina C. Cincuenta gramos de esta verdura tienen unos cien miligramos de ácido ascórbico. Otras verduras, como la coliflor, el espárrago, la acelga, la espinaca, el tomate, la berza, el repollo, el berro, etc., contienen vitamina C en proporciones muy buenas.

Entre las frutas, la lechosa, el plátano, la guayaba, etc., tienen también bastante vitamina C.

El calor y el oxígeno del aire son factores que destruyen la vitamina C. En la cocción de los alimentos, puede ser destruido hasta un 75% de este factor vitamínico.

Las verduras finamente ralladas, los jugos de frutas, etc., preparados y expuestos al aire, al cabo de una hora habrán perdido nada menos que la mitad de la vitamina C que contenían. Las verduras, como la zanahoria y la berza, no deben ser ralladas, y si lo son, debe hacerse con un tipo de rallador bastante grueso.

Esta vitamina se elimina del organismo por la orina, por las heces y por el sudor. Por lo tanto, las personas que están sometidas a un régimen de trabajo que les haga eliminar grandes cantidades de sudor, necesitan una mayor cantidad de vitamina C por día.

Los ancianos tienen necesidad de una mayor cantidad de vitamina C que los adultos.

La mujer que está lactando, así como los últimos meses del embarazo, tiene mayor necesidad de ácido ascórbico.

En las infecciones, en los estados febriles, en los focos infecciosos (sinusitis, mastoiditis, otitis, infecciones dentales y de las amígdalas), en el reumatismo crónico, y en la diabetes, etc., se acrecienta la necesidad de vitamina C.

En las enfermedades intestinales de carácter crónico, la colitis, la falta de acidez del jugo gástrico, la disentería crónica, etc., se requieren mayores cantidades de este factor, porque no toda la vitamina C que se ingiere es aprovechada por el organismo. Parte de ella se pierde en las heces si ser absorbida.

 

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Tomado de: «Para protegerse de las infecciones» Por: De Miranda, Dr. Antonio A. En: Nutrición y Vigor. Editorial: Publicaciones Interamericanas, California, USA. pp. 261-267.

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