Ha sido una noche inaudita. De pesadilla. Una jornada donde los dos máximos exponentes del futbol español quedaron elimnados de la Copa del Rey a manos de equipos infinitamente inferiores en la cartera, pero superiores en entrega y corazón.
Se vienen tiempos difíciles para el Barcelona. El sismo que se desató a media semana predecía consecuencias a la altura de una hecatombe. Y sucedió.
Un gol en el último minuto de Iñaki Williams, dejó en el camino a Messi y compañía, enterrando con ello el sueño de poder levantar, al menos, un título en esta temporada.
La exhibición ante el Athletic Club ha sido desastrosa. Sin idea futbolística de cohesión entre líneas. Con un De Jong desparpajado y poco comprometido con la causa, un Griemzann limitado en el ataque y un Messi ahogado por la presión que presupone cargar, siempre, con el equipo a sus espaldas.
Barcelona tenía una oportunidad de oro de quitarse un poco de presión sabiendo que el Madrid había sido eliminado por la Ral Sociedad en el mismo estadio Bernabéu.
Las oportunidades no se presentan dos veces. Las dos fallas que tuvo el cuadro culé frente al arco terminaron por pasar una factura por demás dolorosa.
Se vienen tiempos difíciles en el Barcelona. Tiempos de oscuridad que podrían terminar con su máxima figura fuera del club.
Vía FOX