Pedro Marín Esquirol, médico de Urgencias, murió el miércoles 29 de abril a los 47 años tras más de un mes en estado crítico. Nació en la población de San Juan Bautista, municipio Díaz, Nueva Esparta y vivió en España, país de origen de sus padres
Dedicación y absoluta entrega marcaron la vida de este médico venezolano que ofreció sus conocimientos y acciones al servicio de la salud de tantos contagiados por la Covid-19 en España, país donde han aumentado de manera exponencial los brotes de la pandemia.
Esta es la historia que destacan en el centro de salud sobre el médico venezolano Marín Esquirol, quien en vida lucho tanto y se encontró con un infortunio en su experimentado oficio.
Desde que esta pandemia empezó a ser tomada como tal a pie de calle, con su nombre en mayúsculas y su apellido numérico, y desde que las cosas comenzaron a ponerse serias de puertas adentro en el Hospital San Juan de la Cruz de Úbeda, el personal sanitario no ha dejado de preguntar de manera especial por el paciente que, en una cama concreta, luchaba contra este nefasto coronavirus. Un paciente que primero estuvo en planta y después precisó traslado urgente a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), revela la nota.
Así, mientras cada día por los balcones cientos de ciudadanos arrojaban sus aplausos para los sanitarios, ellos no podían evitar pensar en su compañero que se debatía entre la vida y la muerte, sin un remedio para su mal, en un lugar en el que durante años tanto hizo para intentar curar a quienes pasaron por sus manos.
Tras más de un mes aguantando este pulso, primero sin intubar y pocos días después dependiendo de un respirador, anoche (miércoles 29) se quedó sin fuerzas. No sufría patologías previas que hicieran pensar en este final. Pero el virus pudo con él y se llevó sus proyectos, sus sueños y sus posibilidades de hacerle frente a través de sus pacientes. Al filo de la medianoche sus compañeros conocieron el fatal desenlace de esta larga espera, la última y menos deseada respuesta a tantas preguntas sobre su estado y su evolución.
Hoy, (ayer jueves) a las doce del mediodía, todo un hospital de luto se concentró en la puerta principal para recordarle, para homenajear y despedir a uno de los suyos. Después cada uno volverá a su puesto, ya que hay muchas camas que atender y muchos pulsos que ganar en nombre y en justa revancha de quienes se quedaron sin fuerzas. Él así lo habría hecho.
Siempre con una sonrisa
Su nombre era Pedro Marín Esquirol, tenía 47 años y trabajaba como médico de Urgencias en el Hospital San Juan de la Cruz de Úbeda. «Qué injusta es la vida, que le hizo venir desde tan lejos a un hospital comarcal perdido en la geografía española, para acabar así por este desgraciado virus», comentaba un compañero poco después de conocer la noticia. Porque este médico vino de Venezuela a buscar mejores oportunidades, pero con las ilusiones intactas de poder ayudar a los demás.
Según cuentan quienes le trataron más de cerca en Urgencias, llegó con su familia. Su esposa también es médica, actualmente en una localidad cercana. Antes de recalar en Úbeda estuvieron una temporada en Madrid, a la espera de tramitar la homologación de sus títulos para poder ejercer en España como facultativos. En ese periodo, Pedro incluso trabajó en otros sectores, como el de la hostelería. Hasta que, con la documentación en regla, la pareja fue contratada en el hospital ubetense hace varios años, fijando la residencia familiar en la localidad.
«Era buena gente, cariñoso, agradable, muy educado… nunca le vi alterarse, ni un mal gesto, ni una mala contestación pese a estar trabajando bajo la presión de Urgencias», aseguraba otro compañero, destacando su permanente sonrisa. Una sonrisa que desde hace algo más de un mes echan de menos en Urgencias y cuyo recuerdo ilumina a quienes siguen en la brecha, mirando esa cama vacía por cuyo paciente no dejaban de preguntar de manera especial. Ojalá nadie más tenga que ocuparla.
SM / Con información de ubeda.ideal.es
 
		
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