10-4: El coronavirus tiene un punto débil y este modelo lo explota

Las personas podrían regresar a trabajar en ciclos de dos semanas: acudir por cuatro días y después estar en confinamiento diez días, el período de latencia del virus.

Si no podemos reanudar la actividad económica sin causar un resurgimiento de infecciones de la COVID-19, enfrentamos un futuro sombrío e impredecible al abrir y cerrar escuelas y negocios.

Podemos encontrar una salida a este dilema aprovechando una propiedad clave del virus: su período de latencia, el lapso promedio de tres días entre el momento en que una persona se infecta y el momento en que puede infectar a otros.

Las personas pueden laborar en ciclos de dos semanas, ir al trabajo durante cuatro días y después, para cuando pueden volverse infecciosos, pasar diez días confinados en casa. La estrategia funciona aún mejor cuando la población se divide en dos grupos de hogares que trabajan en semanas alternas.

Las autoridades escolares austríacas adoptarán una versión simple —con dos grupos de estudiantes que asistirán a la escuela por cinco días cada dos semanas— a partir del 18 de mayo.

Los modelos que creamos en el Instituto Weizmann de Israel predicen que este ciclo de dos semanas puede reducir el número reproductivo del virus —el número promedio de personas infectadas por cada persona infectada— por debajo de uno. Por lo tanto, un ciclo 10-4 podría suprimir la epidemia al tiempo que permite una actividad económica sustentable.

Incluso si alguien está infectado, y sin síntomas, él o ella estaría en contacto con personas fuera de su hogar durante solo cuatro días cada dos semanas, no 10 días, como con un horario normal. Esta estrategia tiene otro impacto: disminuye la densidad de personas que acuden al trabajo y la escuela, lo que reduce la transmisión del virus.

vía The New York Times

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