Decía Luis Enrique hace poco en una entrevista que «el fútbol sin público es más triste que bailar con tu hermana». Y no le falta razón al seleccionador nacional. Los partidos a puerta cerrada son otra cosa. No poder animar a tu equipo desde la grada o aplaudir de cerca una gran jugada de Messi o Take, un gol de Budimir o Griezmann, una parada de Ter Stegen o Reina o un control y pase de Busquets o Salva Sevilla es una pena porque todo espectáculo merece su público. Dos parones para hidratarse, cinco sustituciones… Sigue siendo fútbol, pero es otro fútbol. Han cambiado muchas cosas en estos tres meses, hasta Son Moix ha modificado su denominación para ser ahora un reclamo turístico al nombre de Visit Mallorca Estadi.
Lo que no ha cambiado y quedó claro desde muy pronto es que el Barcelona no fue de turismo a Palma. Sólo tardó un minuto en adelantarse en el marcador. Robo de De Jong al borde del área, cesión a banda para que Jordi Alba centre y Arturo Vidal entrando como un buldozer cabecea a gol anticipándose a Sastre. Un gol que destrozó al Mallorca y facilitó el juego de toque de los azulgranas para lograr la victoria y mantener el liderato. El control del juego se convirtió en un monólogo de los de Setién frente a un sorprendido Mallorca que sólo tuvo un par de opciones a remates de Take que desvió Ter Stegen. En Palma se vio una mejor versión de un Barça que aspira al doblete Liga-Champions en lo que resta de campeonato. De momento sus sensaciones son buenas.
Se esperaba con interés el once inicial que pusiera Setién en liza por ver si volvía la MSG. Pero la novedad uruguaya en la alineación fue Araujo y no Luis Suárez. El central le ganó la partida al renqueante Umtiti y jugó por el sancionado Lenglet. Y arriba fue Braithwaite quien salió de inicio por lo que Setién apostó por la MBG, que tampoco está mal. El control del partido era del Barça, no al punto de un monólogo como tal pero tenía todo bajo control. El Mallorca dependía mucho de la inspiración del japonés Take y no dio señales de vida hasta pasado el minuto 25. Pero cuando se desperezaba algo el equipo de Vicente Moreno llegó la puntilla de Braithwaite, que fusiló a Reina tras una asistencia de Messi. El 0-2 al filo del descanso dejaba todo visto para sentencia.
vía MARCA