Mireya Goldwasser, presidenta de la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales, alertó que el país aún no llega al pico de contagios de coronavirus.
Desestima la versión del régimen que afirma que la curva de casos de COVID-19 en Venezuela se estaría aplanando,y aseguró que esto está lejos de ocurrir. A juicio de los expertos, el país todavía no llega a su tope de casos diarios de coronavirus.
La docente e investigadora de la Universidad Central de Venezuela, dijo que la evaluación de la enfermedad se dificulta cuando las cifras del Estado no son confiables.
Recordó que las academias proyectaron en mayo que Venezuela tendría de 1.000 a 4.000 contagios de COVID-19 entre junio y septiembre. El alerta les costó que el propio Diosdado Cabello los amenazara con la «operación TunTun». “Hubiésemos deseado no tener razón”, sostiene Goldwasser.
La científica lamentó que el informe que enviaron no obtuvo respuestas y que por eso decidieron publicarlo en redes sociales y en su portal. «Esa misma noche recibimos amenazas», dijo y agregó que contactaron a Human Rights Watch y hasta a la Alta Comisionada de la ONU para Derechos Humanos. «Afortunadamente, no pasó nada».
Hace dos meses se cumplió su pronóstico, pues el reporte de casos diarios ya pasa de 1.000. Goldwasser afirma que «todavía las cifras oficiales siguen sin reflejar el tamaño de la epidemia o la intensidad de la transmisión. La capacidad diagnóstica que tienen está saturada».
Subregistro de casos
Alertó que «para hacer una predicción correcta de lo que puede pasar, tenemos que tener datos confiables que nos suministre el Estado. No los tenemos. El número de pruebas PCR que se hacen no son suficientes. Se están haciendo alrededor de 2.000 (al día), pero deberían de estar alrededor de 8.000 y 10.000 pruebas diarias, como mínimo», explicó.
También considera necesario que «se habiliten laboratorios, clínicas, hospitales, universidades». Para que «puedan hacer análisis que no deben durar más de tres días».
Dijo que el Instituto Nacional de Higiene, en Caracas «está saturado, porque le llegan más pruebas de las que puede procesar. Duran 15 días para dar respuesta. A veces, cuando llegan, ya la persona falleció o pasó la cuarentena. Es importantísimo que el número de pruebas que se haga sea el mayor posible».
La académica insistió en que «todavía no se llega al pico de la epidemia. Hay más saturación de los resultados, hay subregistros. Está variando de manera exponencial, subiendo y subiendo. No se nota un descenso, para nada».
Con información de la Voz de América.