Hay algo escondido en el agua al acecho, y es el miedo de todos los nadadores.
Los tiburones son un tipo de pez, que tiene varios metros de largo, con filas de filosos dientes serrados que utiliza para atenazar a la presa
Los tiburones, específicamente, los grandes tiburones blancos, causan selacofobia al público especialmente desde el lanzamiento de la película Tiburón en el verano de 1975.
La película narra la historia de un enorme gran tiburón blanco que aterroriza a la comunidad costera, y tan solo la imagen de la portada, la mandíbula expuesta de un gran tiburón que se eleva en el agua turbia, es suficiente para infundir miedo en los corazones de los posibles nadadores.
Otras películas de suspenso han perpetuado al tema de los tiburones como villanos.
¿Pero de dónde proviene nuestro miedo a los tiburones y hasta dónde se remonta? A continuación encontrará la respuesta a esa y a otras tantas preguntas .
Por qué la gente le tiene tanto miedo a los tiburones
“Hacer esa pregunta implica que no se les debería temer”, dice David Ropeik, consultor de la percepción del riesgo y autor del libro How Risky Is It, Really? Why Our Fears Don’t Always Match the Facts. (¿Qué tan arriesgado es, realmente? Por qué nuestros miedos no siempre coinciden con los hechos.)
La selacofobia o el miedo a los tiburones, no es irracional
dice el biólogo marino Blake Chapman, experto en tiburones de la University of Queensland en Australia. Para decirlo de manera simple, los peces predatorios son atemorizantes.
De dónde proviene la selacofobia
La ciencia no ha logrado explicar con exactitud las causas de la selacofobia o miedo a los tiburones.
Debe revisarse a nivel personal pues las causas pueden ser individuales, es decir, distintas en cada individuo.
Temer a otros animales no es exclusivo del ser humano. De hecho, el miedo es una de las sensaciones más potentes en el mundo animal, y también una de las que salva más vidas.
Tener miedo a animales más grandes es muy común.
Si sumamos a esto que el agua no es nuestro medio natural, y también consideramos el tamaño de algunos tiburones, entonces podemos concluir que tenerles miedo es algo natural y hasta un punto, sano.
Ahora bien, cuando se trata de fobia o pánico, pueden entrar en juego factores externos actuales, como las películas y el miedo de otros.
Los tiburones no son tan agresivos como los pintan las películas y los documentales y los ataque a humanos son muy pocos, pero con la difusión de documentales, películas y ataques reales, el daño psicológico está hecho. Digamos que les damos muy mala publicidad.
El blog Psicología y Mente menciona que también puede afectar la forma en que los tiburones atacan a sus presas, desde abajo, ocultos en el agua, apareciendo repentinamente.
El miedo no es necesariamente algo con lo que nacemos, sino que lo desarrollamos con el tiempo. Los niños no les temen a las serpientes ni a las alturas, pero, como adultos, nuestros cerebros se vuelven más sensibles a los estímulos del miedo.
Pero, ¡vaya, sí que nuestros ancestros tenían varias cosas a las que temer! Piense en cómo la civilización antigua hubiese sobrevivido en los hábitats primitivos.
Evitaban acantilados altos y animales salvajes, porque sabían que esas amenazas los podían matar y eso es lo que los mantuvo vivos. Aprendieron el miedo como una adaptación para protegerse.
“El miedo es algo que hemos heredado de nuestros primeros ancestros”, dice Chapman. “[Los tiburones] son animales. Las cosas biológicas como los animales son algo a lo que tenemos tendencia a tenerles miedo”.
De todas maneras los tiburones son bastante aterrorizantes
¿Cuáles son las posibilidades de que me mate un tiburón?
Al escribir su libro, Shark Attacks: Myths, Misunderstandings and Human Fear (Ataques de tiburones: mitos, malentendidos y miedo humano), Chapman descubrió que el cerebro humano tiende a sobresimplificar los números.
Si le digo que existe una posibilidad en 3.748.067 de que pueda ser atacado por un tiburón y morir, ese número es demasiado abstracto para que su cerebro sea sensible a él. (Si le digo que los humanos matan cerca de 100 millones de tiburones por año, eso también podría ser difícil de procesar).
Las posibilidades de que ser devorados por un tiburón son realmente pocas
Es más probable que muera a causa de un ataque de un perro, un golpe de un rayo o un accidente automovilístico. Es también más posible que muera de cáncer o un ataque al corazón.
Las pocas posibilidades de que un tiburón lo ataque son irrelevantes para nosotros. Escuchamos la palabra “tiburón” y no podemos evitar de manera casi inmediata asociarla con la palabra “ataque”.
“Si bien podemos sentir el miedo y podemos interpretarlo, el sentimiento real de miedo se encuentra totalmente fuera de nuestro control”, dice Chapman.
Si te gustó este artículo respecto a la selacofobia, también te puede gustar…
¿Hay tiburones en Venezuela? Consultamos a un experto para que calme tu selacofobia.
Continúa leyendo esta interesante información en NATIONAL GEOGRAPHIC
CURADAS | Tu compañía en información…
Blablabla tanto párrafo para decir algo tan corto Dios parece que les pagan más por escribir volumen de letras que por el aporte real a nuestro conocimiento!
CIERTO, NO DIJO NADA
Me quedé con el miedo a los tiburones y al que escribió el título de un tema; y no aclaró nada.
jajajaj Landy lo sentimos mucho. Ya vamos a corregir ese artículo que al parecer está mocho.
Gracias por seguirnos.
¡Abrazos!
Listo. Y para que no tengas que ir al artículo, la respuesta es esta: No se sabe a ciencia cierta por qué tenemos tanto miedo a los tiburones. Las razones pueden ser sociológicas (de grupo) o psicológicas (personales) y para determinar el origen del pánico o de la fobia, al tratarse casos graves de miedo a los tiburones, hay que revisar las experiencias y antecedentes de cada individuo.
Temer a otros animales no es exclusivo del ser humano. De hecho, el miedo es una de las sensaciones más potentes en el mundo animal, y también una de las que salva más vidas.
Tener miedo a animales más grandes es muy común. Si sumamos a esto que el agua no es nuestro medio natural, y también consideramos el tamaño de algunos tiburones, entonces podemos concluir que tenerles miedo es algo natural y hasta un punto, sano.
Ahora bien, cuando se trata de fobia o pánico, pueden entrar en juego factores externos actuales, como las películas y el miedo de otros.
Los tiburones no son tan agresivos como los pintan las películas y los documentales y los ataque a humanos son muy pocos, pero con la difusión de documentales, películas y ataques reales, el daño psicológico está hecho. Digamos que les damos muy mala publicidad.
El blog Psicología y Mente menciona que también puede afectar la forma en que los tiburones atacan a sus presas, desde abajo, ocultos en el agua, apareciendo repentinamente.